Publicado en Chile por: revista.elsiete.cl El engaño de que fuimos objeto. La verdadera cara del polisario. Prof. Rafael Pizarro H.


Autocritica

 

Seguramente a muchos sorprenderá el título de este artículo, especialmente después de haber recibido presiones para que mi desilusión con la cúpula del frente Polisario, al que he defendido durante años,

No se hiciera pública. Debo agregar que este desencantó se extiende también a quien ha representado este grupo en Chile: Esteban Silva, que ha mentido descaradamente no solo con las personas que ha utilizado, sino también a los dirigentes de Cuba, Argelia y Venezuela, donde se presenta como representante de un partido que no existe: “socialismo allendista”; una fundación con 3 personas que usa como escalera para relacionarse con organizaciones sociales y el vergonzoso oportunismo durante el estallido social de octubre, donde busca aparecer en fotos con otros dirigentes a nombre de esta inexistente fundación.

También lo vemos entregando opiniones sobre hechos actuales en medios cercanos a la izquierda, como Telesur y otros. Lo anterior acompañado de descalificaciones en contra de quienes han buscado hacer claridad sobre el frente Polisario y denunciado violaciones a los derechos humanos, robo de ayuda humanitaria y secuestro y encarcelamiento de personas, ante lo cual Silva respondía que “todo es falso, son maniobras de Marruecos para desprestigiar la causa saharaui y a la izquierda. Lo que buscan es ocultar los atropellos y persecuciones en ese país contra los saharaui que luchaban por la libertad. Para esto utilizan con pagos millonarios a mercenarios fascistas, como Juan Carlos Moraga y así distraer la atención de lo principal, como es lograr, en Chile y otros países,  el reconocimiento de la RASD y su representante legítimo, el frente Polisario, que ha luchado durante 40 años por la libertad y la independencia de su pueblo”.

Durante mucho tiempo, esa fue una verdad irrebatible y nuestro compromiso era de solidaridad con esta lucha de liberación que libraban los saharaui contra el ocupante extranjero (Marruecos). Como teníamos el corazón bien puesto y a la izquierda, nos parecía normal apoyar a quienes luchaban por su territorio, postura que, en el parlamento chileno, estaba representada por el diputado Aguiló. A lo anterior se sumaba que varios de los defensores de Marruecos en Chile y otros países pertenecían a la derecha pinochetista y justificaban abusos cometidos por las dictaduras militares de los años 70 y ochenta. Parecía todo muy claro, hasta que los empiezan a demostrar el engaño de que habíamos sido objeto. Entonces se demostró que la dirección del Polisario traficaba con ayuda humanitaria que desde Europa se enviaba a los refugiados, que se perseguía, encarcelaba y asesinaba a los disidentes entre los propios miembros del polisario. Al confirmar con documentos irrefutables presentados ante la justicia española en contra del Polisario por diversos crímenes y ver, con mis ojos, a Juan Carlos Moraga (el fascista, según Silva) entrar al congreso de Santiago durante el foro internacional de los derechos humanos escoltado por el juez Baltazar Garzón y Juan Carlos Monedero, el velo comenzó a mostrar lo que había detrás.  Poco después, vemos al mismo Moraga en un video junto a Estela de Carlotto, presidenta de madres de plaza de Mayo enviando un afectuoso saludo al centro del Magreb (nido de fascistas, según Silva), lo que no dejaba de sorprendernos.

Ya sabíamos también que, en medio de un café en el foro internacional de los DDHH, Moraga había dicho al juez Garzón que “era necesario un pronunciamiento suyo sobre violaciones a los DDHH cometidos por el Polisario en los campamentos que mantiene en Argelia”. Algo no cuadraba.

A pesar de que he mantenido fluida correspondencia con Mario Concha y sentir un gran respeto académico por el Dr. André Grimblatt, superando antiguas diferencias y descalificaciones por el tema del Sahara, buscamos contacto directo con Juan Carlos Moraga con quien, después de las primeras comunicaciones, quedó claro que teníamos en común principios y un gran respeto por el presidente Allende, del cual fue funcionario de confianza. Sobre Venezuela dijo con franqueza que no simpatizaba con Maduro, pero que entre los que conspiraban contra este apoyados por Trump, no tenía donde perderse y el, como siempre ha dicho, creía en la autodeterminación de los pueblos, por lo cual pensaba que los problemas internos de ese país debían ser resueltos por los venezolanos, dentro de Venezuela y no desde otras instancias y mucho menos con bandas armadas de mercenarios que, con invasiones militares del exterior buscan su derrocamiento”. De esta forma generamos confianzas.

Sobre el Sahara manifestó que este no era un tema de izquierda o derecha, sino de humanidad y sentido común donde, con respeto a los derechos humanos, se busque la solución a un conflicto que ya tiene medio siglo, para lo cual la propuesta de autonomía regional que ha presentado Marruecos en Naciones Unidas no solo le parece razonable, sino la única viable para resolver este conflicto donde, después de lograr un acuerdo con las autoridades de Marruecos, y tal como dice la propuesta, sean los propios Saharahui los llamados a gobernar y administrar su territorio.

En este proceso observamos personas que en el pasado conocimos a favor del Polisario, como Ricardo Sánchez Serra del Perú que, antes que nosotros, se da cuenta de lo que realmente hay detrás de este grupo, escenario que culmina en abril con el surgimiento del movimiento Saharahui por la paz, integrado por ex miembros del Polisario. Recientemente uno de los jefes de seguridad de este grupo, a quien también conocimos hace 5 años, revela como la cúpula del polisario ordenaba encarcelar, torturar y asesinar a quienes mostraban algún grado de disidencia. Quienes creímos en un proyecto libertario terminamos por darnos cuenta que fuimos engañados y utilizados por una cúpula corrupta y mercenaria, lo que nos indigna. Pero también nos llena de ilusión, es el coraje de ex miembros del Polisario que reconocen sus errores (algunos sus crímenes) y que hoy se alzan para levantar una propuesta que devuelva la dignidad y el respeto a hombres, mujeres y niños saharaui que no merecen seguir sufriendo en las indignas condiciones que se vive en los campamentos de Tinduf.

Debo reconocer que Mario Concha, en artículo publicado hace unos días en Info marruecos no miente al decir: “En Chile, por ejemplo, uno de los representantes del Polisario, el profesor Rafael Pizarro, se está acercando, después de muchos años, al centro del izquierdismo, convencido, según él, por el director de DDHH sin fronteras, Juan Carlos Moraga, con quien ha tenido más de 5 conversaciones sobre DDHH y el Polisario, según propia confesión”.

Humildemente reconozco, por desinformación, mi error y pido perdón a quienes alguna vez y por ceguera inducida por la adhesión a una causa que consideraba justa y que resultó falsa, descalifique por el solo hecho de explicar la postura de Marruecos en el Sahara. Hoy, después de estudiar los antecedentes que ha hecho llegar la fundación Chile Marruecos de solidaridad con el Sahara marroquí, de ver la transparencia de sus dirigentes que, durante la pandemia, y en lugar de andar descalificando, realizan campañas de ayuda a los más necesitados, además de un verdadero compromiso con los derechos humanos, marcan la diferencia con los mercenarios que conocimos en el Polisario.

Ahora, claramente y sin doble lectura digo que comparto plenamente la propuesta hecha por Marruecos ante Naciones Unidas para resolver el conflicto del Sahara, por la simple razón de que es lo más serio y responsable que hemos visto, compartiendo que esta solución, humana e integradora, traerá, paz y progreso a la región y sus habitantes.

Soy un profesor jubilado pero que mantengo los sueños de mi juventud donde, por mis ideas, he sufrido persecuciones, exilio y también desilusiones, como la que motiva esta nota. En este otoño y después de esta triste experiencia, he resuelto dedicar los últimos años de mi vida a tratar de ser un aporte en la denuncia de atropellos a los derechos humanos, especialmente con quienes me siento en deuda, como los que viven secuestrados y encarcelados en los campamentos de Tinduf, a los que, con mi complicidad en años anteriores,  ofendí. A ellos, una vez más, pido perdón. Soy y moriré siendo una persona de izquierda, jamás renegare de los principios que han dado sentido a mi vida, como es la lucha por un mundo mejor para todos, en cuyo escenario y con esta nueva mirada, deseo lo mejor para los hombres y mujeres del Sahara.

Me disculpo públicamente con Juan Carlos Moraga que, durante años, ha sido víctima de nuestros ataques, en Chile y otros países, cuando explicaba la propuesta de Marruecos para el Sahara, al cual,  personalmente insulte. Ahora, con sorprendente generosidad, me dice que valora mi coraje porque conoce directamente el uso de las descalificaciones en el mundo de la izquierda, que no he traicionado a nadie, sino al revés, ha sido el Polisario quien nos ha traicionado y que, al publicar esta nota, dejare de sentir culpa, porque esto ayudara a otros a dar el mismo paso y eso salvaría vidas, donde debo considerar que, de acuerdo al islam, “el que salva una vida, salva a la humanidad entera”. Modestamente, ahora espero empezar salvando una sola vida, la mía.

Santiago, junio 25 de 2020.

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