MEMENTO MORI Morir o comer, el dilema estoico robado por Shakespeare Por CRISTIAN GUZMAN ZUMARAN ABOGADO MAGISTER EN CS. POLITICAS Y SEGURIDAD


Tribuna

Ser o no ser, o dicho de una forma más simple, vivir o morir, el eterno conflicto humano que implica superar las circunstancias adversas es en realidad el antiguo dilema estoico de Epicteto que Shakespeare robo al filósofo de una forma excepcionalmente genial en el inmortal soliloquio de Hamlet.

Es en ese monólogo imperecedero que se contiene la síntesis absoluta y magistral para la cultura occidental de la filosofía estoica, impreso en el contexto del tránsito entre dos mundos, el surgimiento del nuevo orden mundial renacentista. El abandono definitivo de la era media y el oscurantismo del  humano moderno. Del mismo modo, como hoy se vuelve a erigir a través de este nuevo portal entre el viejo mundo y el nuevo pos era nuclear. Proceso del que somos testigos permanentes, presenciales y privilegiados en este cambio de época.

Entonces, la apatía, la ataraxia el desapego de lo mundano y lo terrenal, los placeres carnales y el consumismo, el olvido de lo superfluo y de lo que es banal, de los excesos que distraen de lo importante, de lo esencial y de lo que lleva a la trascendencia, todo cuanto nos hace libres, nos aleja de todo aquello que nos encadena a lo corporal, nos esclaviza empañando los sentidos y provoca engaños a la conciencia. Es entonces, el dominio de los deseos por medio de la búsqueda de las virtudes, es la antítesis del capitalismo, ya que nos permite la paz del espíritu y alcanzar la felicidad. En síntesis el dominio de las pasiones para moderar los apetitos humanos. Por eso el pensamiento es más fuerte que la materia, lo que me lleva a Descartes – pienso luego existo – y crea realidad desde las ideas. Luego, la voluntad es más poderosa que el sufrimiento físico y moral, lo que me pone en presencia de Kant y su frase antes de su último halito vital “entiendo, lo entiendo”. Señal inescrutable de haber alcanzado la comprensión máxima de su existencia y la trascendencia de su vida hacia la muerte como única certeza. Por eso los estoicos son ajenos al lujo y las comodidades extremas, se suele confundir, a veces, con el hedonismo, pero no, aunque músicos y artistas prefieran el sexo las drogas y el rock and roll, o por el notorio desapego a la fama de Jim Morrison, “The Doors” en inglés, Stóa o pórtico, por el lugar escogido por Epicteto para dar sus clases.

Es el comienzo de una nueva era y el capitalismo está sentenciado a muerte, como cualquier otra cosa creada por el humano.

Morir o comer, cuando llegue la hora moriré, por ahora voy a comer. El fracaso permite avanzar y prosperar tan velozmente como el rayo, evolucionar. Pero, es la forma de superar el fracaso lo que nos distingue, se requiere fortaleza espiritual y ahí entran en juego las cuatro virtudes de las que habla el filosofo, sabiduría, valor, justicia y templanza, Tomás de Aquino agrega esperanza, fe y caridad. Lo vemos, en las ollas comunes, la caridad es fundamental en tiempos de pandemia. También lo es la templanza de los médicos, enfermeros, auxiliares y todos los que están soportando la carga del mundo con más de la mitad de la población en paro por el confinamiento forzado y la ineptitud de políticos y empresarios para superar su propia y autodestructiva codicia. Se requiere sabiduría para comprender el proceso, enseñarlo y motivar liderazgo, justicia para ser respetado y poner orden donde hay caos, esperanza donde la luz es tenue o hay oscuridad y fe para dar el salto a lo desconocido por los sentidos tradicionales pero conocido e indudable para el corazón y la conciencia. En Chile, no hay líderes ni hombres sabios y si los hay no están en situación de ser valorados, la falta de visión de los políticos incumbentes visibiliza cualquier anuncio de buena voluntad, por eso sabemos que ellos no entraran en la tierra prometida.  

Se pide todo en la justa medida, no se puede prescindir del dolor sin abandonar la política o lo social, ambas son esenciales para la humanidad. Si no vemos no sufrimos, pero si no estamos para ver y sentir nos deshumanizamos. Marco Aurelio que era estoico, discípulo de Seneca, entendió perfectamente la necesidad de no apegarse a lo terrenal y formuló una corriente de pensamiento que fue capaz de llevar al Imperio romano a la siguiente fase. De igual forma lo hace Francisco I, que renuncia a las riquezas de la iglesia y propone un papado de austeridad y sin excentricidades. Ejemplo de virtud es el Rey de Marruecos Mohamed VI, cuyo mandato se destaca por la simplicidad y ausencia de lujos y excentricidades y se enfoca en lo transcendental para la comunidad de su nación, árabe y africana. Lo suyo hace Putin, tan distante y tan distinto a los ex jerarcas que lo antecedieron. Los líderes Chinos y la aplicación de Smartphone que premia la moderación y la templanza ciudadana calificando el uso de los servicios públicos y el consumo individual por sobre el consumismo extremo, parece a simple vista un abuso más de la autoridad, sin embargo y aunque no estamos ponderando el mecanismo desde un punto de vista de control del poder sino desde un punto de vista filosófico, es una forma de practicidad del confusionismo que contiene los mismos principios filosóficos que la filosofía estoica, el islam, el cristianismo y el budismo. En todas ellas se promueven las virtudes que se contraponen a los excesos del capitalismo salvaje y el consumismo extremo, aquello de adquirir cosas que no se necesitan o que son inútiles o superfluas.

La infodemia, la pandemia informativa pre existente al Covid 19, la intoxicación que emana de los medios hacia las personas, generando desinformación, confusión, ansiedad, caos y paranoia en la población, una forma de programación neurolingüística de los ciudadanos. Control social, nuevo orden mundial, el veneno psicosocial de la Pos verdad es la intoxicación informativa y la instauración de la necropolítica como política de estado. Ya no se trata de dar satisfacción a las necesidades de la gente o de un estado subsidiario o del cuarto estado de bienestar, ahora se trata de contar muertos eficientemente en relación a los vivos o enfermos y sospechosos de estarlo, pero no confirmados, ¿qué?. Todo esto en total contraposición a la BIG DATA que es una herramienta que permite predecir el comportamiento humano y de los ecosistemas. Se plantea como argumento que el límite al capitalismo salvaje es el estado supranacional que ha superado como entidad política institucional al estado nación. Los estados ahora compran empresas en quiebra cuyos dueños no quisieron enfrentar la crisis y ante el pánico de perder sus inversiones se fueron directo bajo las faldas estatales a pedir auxilio. Mutaron a socialistas con la pandemia. Casos raros de involución genética empresarial, aunque ya lo habían hecho en el 2008. Les llamaron rescates, en Estados Unidos, en Chile lo habían hecho en 1982. Hoy Alemania dio el primer gran paso atrás al comprar empresas como Lufthansa.

La víctima real del virus es el mercado liberal como lo entiende el capitalismo desenfrenado. El petróleo baja a -100 (precio negativo) dólares el barril y en Chile los precios se mantiene o suben. Debieran pagarnos por comprar bencina y una infinidad de productos derivados del petróleo. Del precio del Cobre no se ha vuelto a hablar y el precio del dólar está sin variaciones, a pesar del proceso de paralización en todas las áreas de la industria y la economía que se va extender por más de un año.

Oficialmente se dice que no habrá fijación de precios, pero los precios están todos fijados por los carteles de los bancos, retail y toda la industria manufacturera del papel, pollos, carne, lácteos, pastas y enlatados. No hay gente circulando en la ciudad ni buses con pasajeros. Todos los precios han subido entre un 50 y un 500 por ciento.

El estado dice que compró alimentos para dar a los necesitados; y aquellos no están por ninguna parte porque no hay capacidad de distribución. Es decir, hay un mercado “negro” de abastecimiento y precios que es totalmente “oficial”, ya que no hay un decreto pero todos los agentes del mercado están coludidos y las autoridades están totalmente infectadas de complacencia por participación. De virtudes estoicas, los agentes del estado carecen totalmente, está más que evidente que ellos no van sobrevivir al virus y que no son invitados a la tierra prometida pos pandemia. (tema de otro artículo próximamente).

El autoritarismo surge como única solución política a la crisis, como único y último soporte del estado liberal subsidiario que se viste con la bandera del capitalismo medieval salvaje y sin control alguno, ahora que simplemente no hay estado. Si no fuera por la defensa acérrima del gobierno chileno a las grandes empresas, ya que a las pymes y micro pymes se les ha negado la sal y el agua dejándolas morir sin contemplaciones, ninguna de esas grandes empresas del transporte aéreo, de la industria y retail tenían opción de sobrevivir. Millones están muriendo por el virus y el costo lo estamos pagando las personas, cientos de millones de personas confinadas, sobreexplotadas laboralmente en sus casas, intoxicadas por los medios de televisión abierta, con aumento de hasta 300 por ciento en los costos de servicios básicos de luz, agua y gas. Oficialmente en toda áfrica hay menos contagiados y muertos que en Chile.

La cultura oriental funcionó como una mejor plataforma para la adaptación de las personas a las actuales condiciones, entregaron hace tiempo su individualidad, hace décadas y más. Se nos ha dicho que el virus es democrático, pero es una falacia. El virus mata siguiendo patrones de segregación social y económica. Mata más donde hay más hacinamiento, más pobreza, menos asistencia médica, menos salubridad, agua potable y alcantarillado. En resumen, el virus mata a los más ancianos, más enfermos, más pobres y con menos educación, a los menos vestidos o desabrigados, los menos calefaccionados, a los más aislados de los centros urbanos, a los más postergados socialmente, a los con menos comida, a los más débiles. El virus no mata a los mejor preparados, con más recursos, distingue a los que tienen red de apoyo y la necropolítica impulsada desde el gobierno central se encarga de manipular las cifras y acotar cuarentena por zonas industriales. Se trata de la gestión pública de la muerte, de zonas y grupos humanos de sacrificio, algo que ya se hacía antes de la pandemia. En Chile, el corona virus mata más personas en Cero Navia y la comuna de  Pedro Aguirre Cerda que en otras comunas similares y mucho menos en zonas de más altos ingresos. Por eso, las verdades a medias no son verdades y lo que no es verdad, entonces por axioma ha de ser una mentira.

El advenimiento del estado médico, como respuesta al estado subsidiario y como fase intermedia al estado “inteligente” del consumo programado, una forma de estado clínico o terapeuta y “paternal” que justifica la supresión de las libertades y la intervención de todos los aspectos de la vida de las personas con la excusa de la “salud pública” garantiza una sola certeza, la muerte del individuo como ciudadano y sujeto libre y de derecho.

El problema conceptual del capitalismo es que su axiomática no permite repensarlo, ni pensarlo fuera de sí mismo o del libre mercado (ya vimos que cuando sus propios principios se quiebran por rigidez institucional, los operadores se coluden y hacen trampa), es como decir ¿y después del dinero qué?, sujetos absurdamente millonarios como Bill Gate o Suckerberg y otros con similar riqueza individual, se “retiran” y dedican su tiempo a replantear el capitalismo, como Tompkins, en el Sur de Chile, pero no lo logran, solo se quedan en la beneficencia que crea más capitalismo, “profesionalizar la beneficencia” dijo un dirigente empresarial; aquello no se trata de caridad, eso es otra cosa, ya dijimos que la caridad es una virtud para la trascendencia espiritual, mientras que la beneficencia es una forma de expiar pecados y culpas banales que permiten bajar impuestos. El capitalismo no tiene un plan B, menos un plan Z. Incluso hay empresas o inversionistas que compran países en centro américa. Algunos usan la premisa, los problemas del capitalismo se resuelve con más capitalismo, una formulación robada al progresismo que ha demostrado ser completamente ineficaz por redundante, como el gobierno comprando comida a las grandes empresas, en vez de dar el dinero a las personas, de igual forma como dicen los “problemas de la democracia, se resuelven con más democracia”, lo que ha sido siempre un fracaso.

Se ha demostrado que después del capitalismo no hay nada, solo el vacío. La biopolítica, la necropolítica generan una profunda carencia en el ser humano, y en eso Nietzsche tenia razón en un punto importante, de muchos, en su visión nihilista del humano moderno, como Sid Vicous o Kurt Cobain que no pudieron superar su propia individualidad luego de la temprana y desmesurada fama, el éxito comercial y la riqueza, no supieron que hacer con sus vidas después de haber alcanzado el máximo de logros en su corta existencia bajo las reglas del capitalismo salvaje. Los Beatles, por ejemplo y el cada vez más criticado Lennon, por renunciar a lo que alguna vez dijo sobre las posesiones y las joyas, por querer ser un tipo normal y corriente con familia y acciones en la bolsa. Nadie critica a Ringo, George y Paul y son tan ricos como lo era John. Todos ellos, han dedicado sus vidas después de una década de trabajo que los hizo inmortalmente ricos y famosos a compartir su don con los amigos, a la familia y al espíritu.

Y en Chile hay varios como ellos. Un camino difícil que muchos deportistas y artistas tempranamente exitosos que luego de sus cortas carreras como Amy Winehouse y tantos otros que quisieron alcanzar el nirvana, en un mundo en el que pasar de ser una persona común o pobre en un solo paso a ser rico y famoso y luego no querer seguir siéndolo, es una herejía.

Ese vació se crea cuando no se ven claramente los caminos y si no hay camino, solo hay dos opciones para el alma inquieta, crear su propio camino o dar un salto de fe, siempre después de una puerta hay un nuevo mundo de posibilidades.//

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