LA LUZ Y LAS TINIEBLAS (meditación en estos 100 dias de cuarentena) Elias D. Galati. (Argentina)


Tribuna

 

La luz vino al mundo, pero el hombre prefirió las tinieblas porque la luz le mostraba lo que no quería ver y estaba tan acostumbrado a las tinieblas que prefería la oscuridad.

Hasta que comprendió que estaba sólo y necesitaba de su hermano, del otro.

El yo y el otro. La alteridad que perfecciona al hombre, que sin el otro no es nada. El ser termina de constituirse en la alteridad.

Y pasa el tiempo y en esa búsqueda se va la vida.

Es posible que en algún momento se logre encontrarla, la felicidad de estar completo con la otra mitad de nosotros.

Se produce el rescate, el rescate del hombre, el rescate del ser, con todo lo que es, con lo que ha sido y con lo que será.

Y  ese encuentro ensombrece, empequeñece todo lo demás.

Las cosas deseadas, las pequeñeces a las que nos aferramos, la avaricia de las cosas materiales, la orfandad de lo mezquino y la reyerta, el rencor y la violencia hacia si mismo y hacia el otro, pierden sentido.

Las cosas queridas se desvanecen como por arte de magia.

Ante la felicidad del encuentro todo lo demas pasa a segundo plano y deja de tener interés.

El hombre ha sido rescatado.

Estaba en las tinieblas y volvió a la luz

Estaba perdido y encontró el camino

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