Campamentos de Tinduf El censo en cuestión


Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf, pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.

Desde hace semanas, con la nueva y desastrosa situación del Polisario, la gente comenta la eventualidad de un censo en los campamentos bajo auspicios de la ONU y se preguntan y vuelven a preguntarse por qué tanto el Polisario como su mentor argelino lo rechazan a capa y espada.

Todos saben que en este gulag argelino de Tinduf hay menos saharauis que marcianos en la tierra. Brahim Ghali y sus 40 mercenarios son mauritanos, argelinos, malíes y nigerianos (Níger). Su seguridad “personal” son mercenarios cubanos, surafricanos y de otras nacionalidades de la época de la guerra fría y una población entre la cual los saharauis son ¡moneda rara.

Permitir, pues, un censo de la población es aceptar quitarse la máscara y esto es mortal. El viejo Mokhtar lo resume así: “Aquí vivimos sin pasado, sin presente y sin futuro. Aquí vemos de manera virtual. Las decisiones, prorrogativas y competencias son argelinas. Nuestros jefes ejecutan una agenda preparada por el régimen argelino para desestabilizar a Marruecos y todos hemos aceptado vivir 45 años en la más absoluta obscuridad”.

La gente habla de historia. ¿Qué historia tiene el Polisario? De la identidad ¿Qué identidad tienen las milicias? Y de África ¿Cómo es el continente después de la vuelta de Marruecos?

La “causa” se marchita… como todo lo artificial.

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