Polisario/ “Ayuda” venenosa española: El gran negocio


Entre mafias

 

Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf, pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.

Si creen que aquí en este gulag argelino de Tinduf no lo sabemos ilusionan. Nadie ignora que la ayuda “humanitaria” española al Polisario llega a Tinduf en un 50% y a las poblaciones en un 1 o, cuando ms 2%. Cobertura… las poblaciones de los campamentos no somos más que cobertura. Mafias españolas cómplices en la malversación de “sus” ayudas se enriquecen a expensan de nuestro sufrimiento y nuestras lágrimas. Todos tienen cita con la justicia, con nosotros y con la historia.

Ayudas que no llegan o, cuando llegan en proporciones microscópicas, justo para justificar el robo y la malversación. ¿No lo saben los españoles? Mafiosos y cómplices en un crimen contra la humanidad, saben a dónde va a parar “su” ayuda, como “se reparte” y a qué fin se organiza.

Los “donantes” españoles cooperación con sus socios del Polisario para que nunca haya censo en los campamentos y para que jamás se abran sus fronteras porque saben que se vaciará en menos de una hora.

Otras organizaciones que exigen velar por la repartición de sus ayudas, fueron expulsados y maltratados por las aves de rapiña del Polisario y sus mentores argelinos.

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