Covid-19: una crisis económicamente dura para los jóvenes y las mujeres, Sara Kassir


Reflexión

 

El mercado laboral mundial sufre de lleno las consecuencias de la crisis sanitaria actual, de modo que el efecto devastador y desproporcionado de la Covid-19 ha impactado en muchos sectores en el mundo y se han visto afectados más todavía los jóvenes y las mujeres entre los trabajadores.

El último análisis elaborado por la Organización Internacional de Trabajo (OIT) ha sacado a luz unos resultados terribles acerca del impacto de la pandemia en el mundo laboral. El estudio indica que más de un joven en seis ha dejado de trabajar desde que arrasó la epidemia del Coronavirus y que el fuerte aumento de la tasa de paro entre las mujeres y los jóvenes ha conocido sus auges más notables a partir del pasado febrero, es decir en plena propagación del virus.

Debe señalarse también que la epidemia supone un duro golpe para los jóvenes, el análisis subraya que los afectados no son únicamente los que perdieron su trabajo, sino también aquellos jóvenes que tuvieron que dejar sus estudios o cancelar su búsqueda de trabajo, con miras a hallar horizontes nuevos y perspectivas de futuro bastante prometedoras.

 Según el Director general del OIT, Guy Ryder “la crisis económica causada por la Covid-19 afecta a los jóvenes – las mujeres particularmente – de forma más dura y rápida en comparación con los demás grupos de población”, eso significa que poner en fuera de juego su talento y su potencial es condenar todas las sociedades a duros episodios de letargos económicos que pueden costarle caro al estado.

Para remediar esta situación, la entidad internacional propone la puesta en marcha de una serie de respuestas urgentes para brindar todo el apoyo necesario a los jóvenes y mujeres, mediante programas de garantía de empleo y de formación para los países más desarrollados, y programas generadores de trabajo en beneficio de países de ingresos bajos y medianos.

Entre otras medidas viables que pueden mejorar la situación y augurar un resurgimiento económico exitoso a favor de los jóvenes y mujeres como fuerzas motrices de los países, cabe destacar el implemento de políticas y programas rigurosos, cuyo objetivo es fomentar la paridad en los entornos profesionales, promover el trabajo por especialidad de carrera y por último, animar a los recién graduados a ocupar puestos de su mérito (en vez de privilegiar a los experimentados que no hayan cursado la carrera en cuestión).

Alcanzar una recuperación económica sana es restructurar de una vez por todas las bases del ecosistema, esta restructuración empieza por el establecimiento de un clima de confianza a favor de los jóvenes y las mujeres, el núcleo de toda sociedad.

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