Se congregan ante la "presidencia" para despejar las inquietantes incognitas
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf, pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
Es increíble la relación, desde hace tiempo entre la población de este gulag argelino de Tinduf y la cúpula del Polisario. Los segundos hablan, los primeros no creen. Los segundos amenazan, los peineros se ríen. Las mazmorras, los garrotes, las ejecuciones someras y todos los “métodos” de persuasión del Polisario y su aparato opresor dejaron de surtir efecto.
La libertad no tiene precio y parece que Argelia en su tierra y su Polisario en la de otros no lo saben o fin gen no saberlo. Los hay que no se compran con doble ración de arroz y que los más de 44 años de calvario polisarista o pudo quitarles el orgullo y la dignidad saharaui marroquí.
Tinduf hora H. Decepcionada por toda la gente se convierte en nihilista. No es nada, no es nadie, solo un sismo en las concepciones y en el hecho consumado impuesto por el ocupante argelino pueden volver a dar vida a los que la tienen marchitada.
Sin absolutamente nada, la gente comenta cuanto tiene fulano y cuanta tenia. La literatura cubana ya no sirve. Sus seudo médicos tampoco. La solución está a la vuelta de la esquina. La solución es Marruecos y nadie más. Mañana volveremos… mañana es hoy. ¡Prepárense a la feliz vuelta!
Comentarios
Publicar un comentario