VISTO, LEÍDO Y/O ESCUCHADO Mohamed Lemrini Ouhhabi



España se ha lanzado, de una manera desesperada, sin tregua ni mesura ni templanza a celebrar la fiesta comercial yanqui Black Friday, técnicamente lo que nosotros llamaríamos Viernes Negro.

Grandes comercios y España se ha lanzado, de una manera desesperada, sin tregua ni mesura ni templanza a celebrar la fiesta comercial yanqui Black Friday, técnicamente lo que nosotros llamaríamos Viernes Negro. Grandes comercios ysuperficies, pequeñas y medianas tiendas en los barrios y en el centro de las ciudades, han llenado de mercancías y adornado sus escaparates en espera de hacer su agosto, a finales de noviembre.  Las previsiones han sido muy generosas al estimar que cada español se iba a gastar unos 200 € en estas compras pre-navideñas. Muy generosas insisto, porque a alguien le habrá tocado gastarse 800 €, 200 que le corresponderían a él o ella y los otros 600 € por mí y por mi familia.
Bromas aparte, si buscamos el origen de esta festividad comercial encontramos varias respuestas. Primero se cuenta que el origen del nombre viene de Filadelfia, Pensilvania, y que no tiene nada que ver con la Navidad. Se dice que las academias naval y militar jugaban un partido de fútbol americano después del día de Acción de Gracia; evento que atraía a mucha gente, produciéndose unos inmensos atascos y grandes aglomeraciones a causa de las promociones que llevaban a cabo los comercios, hasta el punto de que los policías de la ciudad bautizaron el día como viernes negro.
Por otro lado, se dice que el vocablo deriva de la esclavitud; del día después de Acción de Gracia, cuando los comerciantes de esclavos los vendían con descuentos, para hacer que los propietarios de las plantaciones dispongan de más mano de obra para cortar y apilar leña para pasar cómodamente el invierno que se acercaba sin tregua.
Aprovechando la coyuntura, algunos comerciantes, empresas de todas las ramas, incluida la banca, alargaron el día a una semana e incluso ha habido quien lo estiró hasta el siguiente lunes. Este año, se dice que los españoles gastamos casi un 30% más que el año pasado, considerado como un buen año. Los comercios on line se dice que esperaban unas ventas de 1.267 millones de euros, un 13%  más que el pasado año. Bueno, quizás la tecnología y la moda acumularon un 57% de las ventas y los perfumes se han superado con el 49%. Las cifras reales quizás salgan a la luz en los próximos días, pero sobre lo cual no existe discusión alguna es que estas compras han sido un anticipo de los regalos de la Navidad, lo que significa que lo que se ha gastado ahora, se ahorrará después.
Viéndolo desde otra perspectiva, podemos asegurar que si algunos políticos, de los que todos conocemos, cerrasen su boca y callasen en el susodicho Friday, nos ahorrarían no solo el 50% sino el 100% de imbecilidades y tonterías que nos hacen tragar y, además, les estaríamos muy agradecidos.
Coincidente con esta supuesta fiesta de compras y jolgorio, a nivel internacional se celebró el día  de la no violencia contra la mujer o lo que más conocemos como violencia de género, instituido así por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1999. No les voy a contar y sí les ahorro las cifras que arroja esta desgracia anualmente en el mundo, pero sí recojo una frase de la declaración a un diario de Ana Bella Estévez, que desgraciadamente estuvo a punto de perder la vida a manos de Manuel, su marido, cuando dice que “uno de cada diez hombres maltrata a su pareja y hay 2.150.000 mujeres maltratadas en España”, para continuar diciendo, y razón no le falta, “si en España 60 mujeres asesinasen a su marido, habría una revolución social”.
Personalmente considero que pagar un sueldo más bajo a una mujer, es también violencia de género. Es así porque se la está humillando, desfavoreciendo, castigando,… cuando podría ser más eficaz, más inteligente y más trabajadora que su compañero de al lado. Y sí, el mal trato está repartido por todo el planeta. Y hasta me hace gracia, con lo duro que es, el comentario de unas   mujeres africanas (negras) se creían que las blancas no eran aporreadas por sus parejas, maridos o varones. Mejor, esperemos que nadie lo sea, así seríamos posiblemente más  humanos.

Pero no se olviden de lo que sufren otros humanos en Gaza, Siria, Irak, Egipto, ni de los cientos de inmigrantes desplazados a su pesar en el mundo

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