Al margen de una conferencia el
jueves pasado en Rabat en el curso de la cual abogo por la paz en el mundo, el
ex primer ministro de Francia, Dominique De Villepin ha lanzado un llamamiento
a Argelia a “abrir un diálogo constructivo con Marruecos para edificar un Magreb
unido y prospero”.
El ex “premier” galo no hacia más
que traducir en voz alta lo que la abrumadora mayoría de los dirigentes del
mundo piensan en voz baja.
¿Quién es el ingenuo que podría
creer que los sucesivos gobiernos en la vecina España ignoraban el carácter
bilateral argelino-marroquí del artificial conflicto del Sahara? Y la pregunta
que se impone ¿Por qué no lo proclaman?
Tampoco el Sr. De Villepin lo había
hecho cuando estaba en ejercicio.
Así las cosas, todos los
interlocutores africanos de Marruecos conocen esta impostura. Otra cosa seria
obrar para remediarla. Hasta África del Sur conoce el problema y sus zonas
obscuras, pero tampoco puede ni quiere renunciar a su gratuita hostilidad hacia
la integridad territorial de Marruecos.
En el mundo nadie ignora tampoco
qué tipo de países “reconocen” a la fantasmagórica RASD como lo habían hecho y
por qué desde el desplome de los precios del crudo han cesado de hacerlo.
Pero… el separatismo es uno e
indivisible y el síndrome polisarista acabaría, tarde o temprano por contagiar,
primero, a sus doctores Frankestein y más tarde a todos los que no han querido,
por una u otra razón, escuchar los argumentos de la razón y del sentido común.
Comentarios
Publicar un comentario