Leido en Vanguardia (México) Vargas Llosa: “Fidel ha causado más daño que beneficio” CARLOS LORET DE MOLA
La gran amenaza de las
democracias en América Latina es la corrupción, advierte el Premio Nobel de
Literatura
Se fue Fidel
pero llegó Trump. Para el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa el
populismo no conoce límites, ataca por igual a países ricos que a pobres, lo
mismo a los menos avanzados que a los más cultos. El populismo no distingue
condiciones… y eso lo hace un mal global.
“Lo que ha
ocurrido en Estados Unidos, lo que demuestra, es que la civilización, el
progreso económico, la educación avanzada, no vacuna a un país contra el riesgo
del populismo. El riesgo del populismo está ahí y afecta a los países más
avanzados, a los países más cultos. Lo acabamos de ver en Gran Bretaña con el
Brexit, que es un retroceso a la tribu, que es un retroceso al nacionalismo”,
dice en entrevista exclusiva.
Vargas Llosa
fue figura central de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara este fin
de semana. El destino ha querido que los reflectores los compartiera con Fidel
Castro, que falleció unas horas antes de la apertura de la FIL, donde su mítica
imagen ha estado presente y se le recordó en los discursos inaugurales.
Ambos fueron protagonistas
de una misma fiesta, pero ideológicamente son opuestos. Castro y Vargas Llosa
sostuvieron posturas encontradas. De simpatizar con el socialismo, en las
últimas décadas el escritor peruano fue uno de los críticos más agudos del
líder cubano. Las constantes detenciones de intelectuales y opositores al
régimen, pero en especial la aprehensión en 1971 del poeta Heberto Padilla,
hicieron que Vargas Llosa comenzara a reprobar en público lo que sucedía en
Cuba.
“Los
gobiernos populistas, que han sido gobiernos de fracasos sistemáticos, van
desapareciendo por presión popular”
MARIO VARGAS LLOSA, ESCRITOR
El escritor y
ensayista considera que la muerte del jefe de la Revolución Cubana es el
principio del fin de lo que fue el castrismo, de la dictadura castrista de 57
años. “Los cubanos del futuro recordarán este periodo como algo mucho más
negativo que positivo en la historia de Cuba. La historia no lo absolverá, el
daño que ha causado ha sido muchísimo mayor que los beneficios que puede haber
tenido Cuba”, señala.
Vargas Llosa
considera que Cuba debe recuperar la democracia sin violencia y de la forma
menos traumática posible. El camino ya está trazado, señala, pero Donald Trump
puede convertirse en un obstáculo para concretarlo.
“Algo ha
empezado a ocurrir en Cuba, la iniciativa del presidente Obama de restaurar las
relaciones diplomáticas fue muy buena, ha abierto una vía, aunque no ha
progresado tan rápido como se esperaba. Ojalá el nuevo Presidente de Estados
Unidos no la interrumpa, no vuelva a retroceder la historia. Hay ese riesgo,
que sería muy perjudicial, no sólo para Cuba, para todo América Latina”,
asegura.
La entrevista la realizo vía
satélite. Vargas Llosa en Guadalajara y yo en La Habana. Aquí en Cuba he
escuchado voces que señalan que el gobierno de Raúl Castro no busca seguir una
transición como la que impulsó la Perestroika y la Glasnost de Mijaíl Gorbachov
en la Unión Soviética. Muchos cubanos creen que su país imitará los pasos de
China, donde existe la libertad de mercado, las grandes inversiones y el
crecimiento, pero no la apertura política. Vargas Llosa cree que la aplicación
del modelo chino en Cuba es una utopía porque las condiciones de la isla son
distintas a las del gigante asiático.
“La Revolución ha sido
un fracaso capital, Cuba es un país mucho más pobre de lo que era hace 57 años.
Una buena parte de la población vive en el exilio y otra buena parte de la
población sólo aspira a escapar de Cuba”
“China es un
país que puede vivir una autarquía de ese tipo, pero Cuba es un país pequeño,
es un país que necesita capitales, integrarse a los mercados del mundo para
tener un crecimiento rápido que satisfaga las necesidades más elementales de la
población”, apunta.
El país que
comandó Fidel Castro durante 49 años no es el mismo que el de hoy. Cuba tiene
relaciones diplomáticas con Estados Unidos, los turistas llegan sin
restricciones y Raúl Castro ha dicho que dejará el poder en el 2018. Para
Vargas Llosa, todos estos antecedentes hacen que la muerte de Fidel Castro
pierda impacto.
“Era todo un
mito, era el mito que mantenía la unidad, la ilusión de que la Revolución podía
sobrevivir pese a todos los avatares de los últimos años. Sin Fidel Castro es
claro que la Revolución pierde un sustento mítico, legendario, que mantenía a
la Revolución como algo desfasado de la realidad. La Revolución ha sido un
fracaso capital, Cuba es un país mucho más pobre de lo que era hace 57 años.
Una buena parte de la población vive en el exilio y otra buena parte de la
población sólo aspira a escapar de Cuba. El caso de Cuba, de Corea del Norte,
es la mejor demostración de que el comunismo no funciona, que trae más pobreza,
además de mucha opresión”, indica.
CORRUPCIÓN, LA
GRAN AMENAZA
Vargas Llosa asegura que la
corrupción es la gran amenaza de las democracias en América Latina. El
populismo es otro de esos males que carcomen a la política y a los gobiernos,
sin embargo advierte que hay razones para ser optimistas con el futuro
inmediato de la región.
Los cubanos del futuro
recordarán este periodo como algo mucho más negativo que positivo en la
historia de Cuba. La
historia no lo absolverá”
“Los gobiernos
populistas, que han sido gobiernos de fracasos sistemáticos, van desapareciendo
por presión popular, es un movimiento que va a tener una continuidad en los
años inmediatos, ojalá eso llegue muy pronto a Venezuela, antes de que el país
desaparezca. Su situación es muy trágica, por primera vez en la historia de
Venezuela hay hambruna, la gente se muere literalmente de hambre. La
impopularidad del régimen crece día a día, de tal manera que la transición
hacia un régimen distinto debería venir muy pronto y ojalá sea también
pacífica”, sostiene.
La muerte de
Fidel Castro parece la puntilla en la debacle de la izquierda en América
Latina. En Venezuela, Argentina y Brasil hay ciudadanos que han pedido un
cambio de régimen. El autor de “La fiesta del chivo” asegura que en la región
cada vez hay más consenso a favor de los gobiernos democráticos y contra los
populistas.
“Lo que ocurre con Brasil es
muy interesante, por primera vez ha habido un movimiento popular que no pide
cambiar de sistema, no quiere acabar con la democracia, quiere regenerar la
democracia, quiere limpiarla de todas las corruptelas que la han paralizado,
que la han ensuciado y es un movimiento popular que afecta por igual a los
movimientos de izquierda, de derecha, todos los que han participado de la
corrupción que ha causado los estragos económicos en Brasil”, concluye.
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