En un
comentario realizado en una publicación de nuestro amigo Said Jedidi me describí
como un “acebuche español con
profundas raíces marroquíes” , de igual
manera hubiese podido asimilar la forma de un “algarrobo
-zasrighwa- de Guelaya cuyas ramas se extienden sobre oriente y occidente” . Los musulmanes melillenses somos, en nuestra gran mayoría, una amalgama
de identidades que se yuxtaponen, en finísimas capas, tan finas que una capa
trasluce a la otra, al igual que lo hacen nuestras identidades. Los musulmanes
melillenses somos, funcionalmente españoles, nos comunicamos en, como bien dijo
un ilustre melillense, soñamos en castellano. Igualmente, somos característicamente marroquíes, hablamos tamazight, todas
nuestras casas tienen un salón marroquí y nunca falta el té con hierbabuena
cuando recibimos a nuestros huéspedes. Los viernes comemos cuscús y los sábados
paella.
Los
musulmanes melillenses no tuvimos elección, fuimos españoles antes de ser “naturalizados”
como tales. Nuestra identidad fue moldeada, desde la infancia, conla misma
arcilla y con el mismo molde con el que se moldeaba a cristianos. Éramos
seguidores del Madrid o del Barca e incluso del
Athletic
de Bilbao o del Real Betis. Nuestros héroes de la infancia fueron Marco, Heidi,
Pipi Calzaslargas y Laura Ingalls. Los fines de semana nos íbamos “al campo” a
ver a los abuelos y así sumergirnos en el mundo mágico de nuestros ancestros, esa
parte de nuestra identidad forjada de cuentos y leyendas, hechizos y supersticiones,
santos y milagros, identidad mágica y llena de fantasía, que durante nuestra
infancia nos adentró en el mundo de los de Jins, de Aicha Kandicha, de Thamza y
de Maghighda.
Si, los
musulmanes melillenses éramos culturalmente españoles, a pesar de que durante
mucho tiempo se nos hubiese denegado el derecho a serlo. De lo español adquirimos
muchas virtudes y también, porqué negarlo, algún defecto. Dejando defectos de
lado, ya que, como otras muchas cosas, son inherentes a ambas culturas, de la
cultura española heredamos el sentido y sentimiento de “Amor a la Patria ”, el
poner los valores del conjunto por encima del propio, pelear duro, en cualquier
campo o actividad en el que te encuentres, para que tu país, tu patria, destaque
sobre las demás. Desgraciadamente a los musulmanes melillenses siempre nos
carcomía la misma duda: pero ¿A qué patria?
o mejor dicho ¿A cuál de nuestras patrias?.
De igual
manera que nos educamos en la escuela del patriotismo y amor a la patria, también
aprendimos a identificar a los “patrioteros
” o “ patriotas de pandereta ”,aquellos que hacen uso del patriotismo para su provecho propio o el mal
ajeno, los musulmanes de Melilla fuimos muchas veces víctimas de estos
patrioteros, que hacían nuestra vida imposible, mientras ellos se beneficiaban
de sueldos astronómicos y viviendas suntuosas, paradojas de esta historia es
que, estas suntuosas viviendas, nunca estaban en Melilla sino siempre en la
España peninsular.
En lo
referente al “anti patriotismo ” o “ traición a la patria ” la historia de España no está excesivamente nutrida, los ejemplos
escasean y, el grupo al que más se suele adjudicar este epíteto es a los
“afrancesados”. ¿ Quien eran pues estos afrancesados? Aquellos
españoles que, durante la ocupación francesa ,colaboraron con Francia, ya fuese
por interés personal, los menos, o por la creencia de que esta ocupación
redundaría en la modernización de España, los más. La cuestión era más
ideológica y de estructuración y modernización del país que una entrega de este
a una potencia extranjera. No hay que olvidar que las familias reinantes que
gobernaron y siguen gobernando España son, en muchos casos, de origen extranjero.
Sigo
con mucho interés lo que publican, en las redes sociales, dos reconocidos hispanistas
marroquíes: Said Jedidi y Mokhtar Gharbi. En una de sus recientes publicaciones,
hacían una valoración, más bien una “medición”, del grado de patriotismo de los
hispanistas marroquíes en comparación con sus colegas los “afrancesados” del
país. Según estos hispanistas “viejos”, los marroquíes del nortede Marruecos
tienen un amor a la patria mucho más acentuado que aquellos educados bajo el
protectorado francés. Algo que les asemeja a sus hermanos melillenses, hasta
aquí todo perfecto.
Como
amante de la historia que soy, intento leer cuantas publicaciones me sean posible
sobre historia, especialmente aquellas relacionadas con la historia de España y
Marruecos. De las publicaciones marroquíes, intento leer la revista Zamane, en
sus dos versiones, árabe y francés. En su último número, el 72, esta
revista
publica un dossier realizado por “un tal” Adnan Sebti, titulado “Rif, aux origines
de la colère” que podríamos traducir como “El Rif, los orígenes de la ira”.
No voy
a entrar en analizar la totalidad del dossier y sus imprecisiones históricas, realmente
alarmantes para una publicación que se dice especializada en historia,
sino
que quisiera concentrar mi atención, en los párrafos que el tal Adnan dedica a los
musulmanes de Melilla, que él, erróneamente, denomina rifeños. Para empezar, aclarar
que el término “rifeño” es un gentilicio que tuvo a bien regalarnos el protectorado
español. Los musulmanes de Melilla somos parte de Guelaya, قلعیة , y nos sentimos muy orgullosos de pertenecer a esta
confederación, sin menoscabo de aquellos marroquíes que deseen seguir
utilizando el gentilicio que les otorgó el ocupante. También aclararle al
“ilustre” Adnan que la población musulmana melillense alcanza, más bien
sobrepasa, el 50% del total de habitantes que tiene la ciudad. Puntualizarle,
que los musulmanes de Melilla, más que, parece, le pese a él, son españoles
pero nunca jamás han renegado de sus orígenes marroquíes, como bien he descrito
al principio de este artículo. Su desconocimiento de la realidad melillense le
lleva a hacer aseveraciones, tan alejadas de la verdad, que me hacen dudar, muy
seriamente, de su honestidad intelectual. Decirle, que desde 1986 hasta el día
de hoy, los musulmanes melillenses reivindican que se oficialice la lengua tamazight
y la lengua árabe, que no el tarifit como hace referencia el tal Adnan.
Si el
dossier está repleto de imprecisiones históricas, medias verdades y manipulaciones,
lo que más me repele de este “dossier por encargo” es la descripción y los
adjetivos que este individuo, que se dice llamar Adnan, dedica a la heróica y
pacífica lucha que los musulmanes melillenses durante los años ochenta.
Esta
lucha es descrita por el infame Adnan como “revuelta” y a su líder histórico como
“meneur de la révolte”. Tal falta de respeto a un pueblo y a sus dirigentes históricos
no puede manar de una simple idiotez intelectual; tal vez los hispanistas
«viejos” como los señores Jedidi y Gharbi deban hacerse a la idea de que al
igual
que
entre los “afrancesados” entre los hispanistas marroquíes existen patriotas, patrioteros
y, tristemente, también traidores a la patria.
Mohamed Omar Ouariachi
Londres,
27 de noviembre de 2016.
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