En una entrevista acordada al semanario francés “le Point”, el ex primer
ministro argelino y asimismo ex candidato a la presidencia, Ali Benflis evocó
las relaciones con Marruecos, haciendo uso de las mismas líneas maestras de
hace una semana de su sucesor al frente del gobierno del país vecino,
Abdelmalek Sellal.
Los responsables
argelinos instan a, entre otros, un “diálogo directo” entre Rabat y Argel, lo
que, de ser sincero, hubiera podido hacer renacer la esperanza entre los dos países
vecinos.
Con Argelia siempre ha
sido igual: Entre el hecho y el dicho hay mucho…muchísimo trecho y entre
maniobra y maniobra hay otra maniobra. Por ello Rabat no reaccionó y con toda
la razón del mundo.
Todos, en este país sabíamos
que viniendo del régimen argelino, no todo lo que brilla es oro ni todos los
sentimientos de distensión lo son realmente.
¿Por qué?
Casi inmediatamente después
el ministro argelino de asuntos magrebíes (sic…) y africanos, Abdelkader
Messahel calificaba la legítima retirada de Marruecos y de 8 países árabes de
la Cuarta Cumbre afro-árabe que se celebró en Malabo, Guinea Ecuatorial, de “tentativa
de desestabilización del continente”.
El Sr. Messahel, eso sí,
no supo responder de qué lado estaba su Polisario y por qué, verdadera causa de
la retirada de los países árabes.
Por lo demás, los países árabes
que se retiraron preguntaron a sus interlocutores africanos donde se encuentra
la “RASD” recibiendo por respuesta en una localidad Argelia llamada Tindouf. Entonces
no es un país, sino una milicia a sueldo de Argel.
Luego la Cumbre debía examinar
temas como, por ejemplo, la manera de ayudar a África en su desarrollo… no una
ayuda humanitaria que ha hecho que los oficiales argelinos y sus domésticos
polisaristas comenzaron a frotar las manos, sino ayuda al desarrollo. ¿Qué tenia
o podía hacer una banda separatista en una Cumbre así?
Dejo de ser Cumbre para
convertirse en otro foro de manipulación argelina y esto, no interesa ni debe
interesar a muchos.
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