Ella se llama Suriyah (Turia) Bi y cuenta a Julia Tena en su
Desalambre de “eldiario.es” que “perdí su trabajo por no querer enseñar a mis
alumnos videos del 11-S y ser musulmana”.
O sea: que Turia o Suriyah se negó a que sus alumnos de once años de
necesidades especiales tuviesen que ver un video en el se veía a la gente
lanzarse por las ventanas de las Torres gemelas.
¡Alucinante! Que no solo nosotros somos “barbaros”, los hay peor y muy
cerquita de nosotros.
A ver: ¿qué finalidad tenían con que se mostrara a pequeños de 11 años
de necesidades especiales escenas de horror?
Resisto creerlo pero es así: sigue la España del miedo o por lo menos
de la xenofobia y del racismo gratuito. Y es que el comentario debía ser que
los protagonistas de todo aquello” eran musulmanes.
Lo peor es que ni siquiera se puede sancionar al autor de este innoble
e inquisitorio acto por no ser un individuo, sino un sistema. Si. Un sistema
educativo que él no acatar conduce al despido como sucedió con la musulmana
Suriya.
En todo caso, y a juzgar por su relato la hubiesen expulsado mostrando
el horrible video o no porque tenía también que renunciar a su religión.
Suraya no debe ser más que el ejemplo y la ilustración de ser musulmán
o musulmana en España.
A este ritmo no me sorprendería que el gobierno español decretara la expulsión
de los nuevos moriscos: los trabajadores musulmanes afincados en España.
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