Son dos pilares basados en resaltar algunos de los
aspectos que marcan estas relaciones, las hispanomarroquies, crear argumentos y
comunicación, basados sobre respeto, entendimiento y diálogo continuo y tocar
los rasgos de alejamiento para acercarlas y de acercamiento para reforzarlas.
Estamos conscientes de que los dos pueblos, español
y marroquí, son condenados a entenderse, convivir y afrontar las dificultades y
los retos para construir unas relaciones reinadas por el respeto, consideración
y cooperación fructífera. Para estos fines, debemos pensar en crear una
herramienta que nos permite llegar a
nuestros objetivos y metas.
Las razones de las posturas perturbadoras en España
hacia Marruecos y el pueblo marroquí se basan en la falta de atención y negligencia de nuestra
parte, nosotros los marroquíes, a todos los niveles, en comunicarnos con la
otra parte. Nuestro sufrimiento con los españoles es producto de no considerar
esta razón. Por consiguiente, nosotros, oficial, popular y periodísticamente no
hacemos ningún esfuerzo para afrontarla como es debido.
Hace unas semanas un instituto español especializado,
publicó los resultados de una encuesta sobre la visión de los españoles hacia
Marruecos como Estado y los marroquíes como pueblo, los resultados han sido
chocantes:
Para los
españoles (los marroquíes son enemigos, Marruecos es un país violento de una
ideología islámica y la comunidad marroquí en España es un peligro para los
españoles). Sin duda, no se descarta la responsabilidad de los organismos oficiales marroquíes en este
penoso tema y fenómeno, pero, también no se descarta la responsabilidad de los
medios de comunicación españoles, simplemente porque los españoles se basan en
la realidad sobre lo que reciben a través los medios de comunicación, y no
necesariamente como son los marroquíes. Esta multitud de medios viene de varios
factores, de los cuales, factores que hemos fabricado nosotros mismos por
nuestra negligencia y nuestra deficiencia.
Imagínense si restamos una pequeña parte de los
millones de euros destinados a defender Marruecos y su causa nacional y
destinarlos a presentar la imagen de Marruecos y marroquíes, la verdadera
imagen, a los españoles, sus instituciones y su prensa, seguro que esto
cambiará mucho o notablemente la imagen actual como distorsionada y confusa en
este país, amigo, vecino y de historia común.
En este panorama, casi traumático y dramático, y
para entendernos y respetarnos, debemos destruir esta barrera psicológica, mediática, cultural, social, e histórica que
hace obstaculizar nuestros pasos, o bien dicho, nuestros sueños.
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