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En voz alta Todos somos Rizki…
El “préstamo” puede parecer exagerado, pero creo que es el caso en un
Marruecos con una emoción casi me atrevería a decir sin precedentes.
De hecho, lo noble en esta movilización y esta solidaridad populares
no es solo el drama del fallecido, sino y quizás sobre todo la injusticia y el
exceso de poder y de celos. Un mensaje claro y descodificado a los que creían en
la impunidad del abuso de poder y de confianza.
Solidaridad que va, más allá del difunto Mohcine Rizki, a todos los marroquíes
victimas de injusticia que sin intervención real nadie hubiera podido
determinar con exactitud el alcance de esta expresión de solidaridad contra la
injusticia y la y tiranía de quienes creen poseer parte de la decisión y del
poder.
O sea: que la gente ha salido a las calles como respuesta a sus
conciencias y ha vuelto a sus casas en respuesta a la intervención del rey y
las promesas de una justicia que esperan impacientemente.
Ahora es el Wait and see. Nunca más aquello. Todos debemos aprender a
respetar a los marroquíes porque con el respeto de los ciudadanos se imponen
valores de justicia, equidad, igualdad y de estima reciproca. Y sin él sucede
lo que sucedió en Al Huceima y en muchas otras partes del país y que no debe
suceder más.
Todos somos a Dios y a Él Regresaremos. Gracias a la intervención real,
el difunto Rizki descansará en paz y los marroquíes estaremos más tranquilos en
cuanto a nuestra integridad física y moral.
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