Según una
encuesta nacional sobre el consumo y los gastos de hogares en Marruecos,
realizada por la Alta comisaría para el plan, la vulnerabilidad a la pobreza, a
pesar de ser escasa en medio urbano (con una incidencia de 7’9%) sigue siendo
un fenómeno, sobre todo, rural donde se mantiene a 19’4% en el 2014 después de
haber sido de 30% en el 2001.
Según el patrón de la ACP, Ahmed
Lahlimi la mejora de los niveles de vida y en particular la de las categorías sociales
modestas e intermediarias muestra que el “crecimiento inclusive, ha beneficiado,
en términos relativos, más a los pobres y vulnerables que a los no-pobres”.
No cabe duda de que la primera indicación
de este nuevo informe de la Alta comisaría para el Plan es que estamos fuera de
la esfera electoral.
Luego… los índices son
satisfactorios en términos relativos y lo hubieran podido ser más satisfactorios
si hubiesen abarcado el índice de riqueza. Es decir: de los “no-pobres”,
término que inventa la comisaria de Lahlimi, que, repito ha elaborado un
interesante informe sobre una de nuestras tristes realidades. Ahora bien, ya
que estaba allí por qué no procedió a otra encuesta sobre lo que nos cuestan
los llamados “servidores del Estado”, los enchufados y los que ordeñan solos una vaca que
nos pertenece a todos porque al fin y al cabo, que lo diga la ACP o no, el
numero de los pobres en Marruecos depende orgánicamente de este ejército de
usurpadores que se pasan la vida desvalijando impunemente, casi “legítimamente”
al Estado.
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