En voz alta: Salafistas/algunos partidos políticos Relaciones peligrosas

 Después de haber sido cerradas por las autoridades en junio del 2013 en un asunto que había dividido incluso a los miembros del mismo gobierno, las escuelas coránicas del Cheikh Mohamed Maghraoui vuelven a estar, aunque por diferente razón, en el centro de una polémica en la prensa y entre los actores de la sociedad civil marroquí.
Muchos órganos de prensa anuncian hoy su reapertura que, según Dris Ganbouri y Hakim Aboullouz, especialistas de los movimientos islamistas y salafistas, se debería al acercamiento, durante las ultimas semanas del Cheikh con el PAM.
Se trata de una “reacción a raíz del acercamiento entre el PJD y Hammad Kabbadj” estimaba ayer Dris Ganbouri en una declaración a “Yabiladi”. El especialista en asuntos islámicos y el salafismo recuerda que “durante las elecciones anteriores, los cheikhs salafistas apoyaron al PJD”.
Por su parte, Abdelhakim Aboulouz, igualmente investigador y especialista de los movimientos salafistas contemporáneos va más lejos, estimando que la reapertura de las escuelas coránicas es un pacto entre las autoridades y el Sheikh Maghraoui. “Las directrices de’ Maghraoui a sus discípulos van a permitir al PAM beneficiar de un amplio apoyo para hacer elegir a Fátima Zohra Mansuri en la circunscripción de Marrakech-medina”, explica Aboulouz quien precisa “ en contrapartida, el salafista obtiene un levantamiento del bloqueo de su asociación”.
En cuanto al investigador y profesor en la universidad Ibn Zohr de Agadir, recuerda que la relación entre el Estado y el movimiento salafista ha sido así siempre, desde 1970 “Los salafistas fueron siempre un arma del Estado para combatir a los islamistas o a la izquierda mientras que el movimiento salafista ha velado siempre por mantener al estado a su lado para disponer de la libertad a fín de que pueda ejercer sus actividades”.
Evocando la integración de los salafistas en la vida política, Hakim Aboulouz dice que se trata de un proyecto llevado a cabo a escondidas por el Estado. Pero este proyecto, según él está condenado al fracaso porque “no está basado en estudios y no tiene en cuenta muchos factores como, por ejemplo, la historia personal de estos salafistas y las razones por las que se han incorporado a este movimiento”.

Para muchos el acercamiento entre el PAM y Maghraoui es “al fin y al cabo un pacto de lobos”.

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