El Ministerio español del Interior acaba
de anunciar el arresto en Valladolid y en Murcia a dos individuos de nacionalidad
marroquí que trataban de incorporarse a la organización terrorista Daesh.
El comunicado al respecto precisa que la
operación (detención) se ha llevado a cabo “en el marco de las acciones de la policía
nacional contra los radicales (radicalizados) que amenazan la seguridad
nacional del país (España)”.
Amenazan la seguridad del país huésped
pero sobre todo la normal integración y la imagen de los marroquíes y
musulmanes en general afincados en el país vecino, de donde la imperiosa
necesidad para las asociaciones de los marroquíes establecidos en España de
velar para que esto no se repita.
Seria ingenuo pensar que la tarea es fácil,
pero también seria utópico creer que es imposible: aunando los esfuerzos entre
estas asociaciones, los consulados de Marruecos y las autoridades locales se
puede lograr, por lo menos, paliar el desastroso efecto de Internet sobre la
abrumadora mayoría de los introducidos en el error terrorista.
De hecho, se trata de una propaganda
elaborada en algunos países más avanzados del planeta y en la que participan,
servicios secretos y agencias de seguridad nacional en Estados Unidos, y otros
de sus aliados y satélites internacionales y regionales, entre ellos Israel. Lo
que aconseja, además de importantes fondos, el recurso a especialistas y a
expertos, habida cuenta de que más del 85% de los “musulmanes” que se
incorporaron a Daesh o a otro grupo terrorista en Siria o en Irak lo ha hecho
después de radicalizarse por Internet.
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