Think tank, centros
de estudios estratégicos, expertos, analistas y especialistas lo enfocan, según
sus intereses y los de sus amos.
Sin embargo, es fácil
y casi, me atrevería a calificarlo de elemental, como diría Cherlock Holmes. Mi
buen amigo Raissouni lo resume así:
“Estados Unidos y
Rusia son la desgracia contemporánea de nuestro planeta. Además de toda clase
de polución que engendran el mundo venden y esparcen armas en todas partes
generando guerras y matanzas en donde están, luego viene el turno de sus
aliados y vasallos...”.
El problema, eso lo
digo yo, es o son los vasallos…los satélites, los agentes y domésticos, además financian
el horror a expensas de sus contribuyentes y en detrimento lo que preconizan
los preceptos de su religión musulmana.
Con sus inmensos
recursos de todo tipo, el mundo árabe (y musulmán) es pobre… espeluznantemente
pobre y hambriento porque ellos prefieren armas para los asesinos, destrucción
para sus “hermanos” y tragedia para todos los propios e inversiones para los extraños.
¡Una locura! Ni
estados Unidos ni Rusia ni mucho menos el viejo continente, (cada vez más
viejo) hubiesen podido salir de su asfixiante crisis económica. Pero allí estaban
los petrodólares acumulados en bancos occidentales en espera de favores a los
protectores.
Pero ni Washington ni
Moscú ignoran la opinión de los árabes al respecto ni por qué son impotentes ni
cuándo se van a despertar. De todos modos cuando se despierten van a tener que
comer las armas que se les dieron los que creían ingenuamente tener ojos azules
y pelo rubio…
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