Los rusos dicen que “el queso gratuito solo se
encuentra en las ratoneras”. Y es cierto, sobre todo, el queso que se promete
en campañas electorales.
Nos prometen queso gratuito y muchas otras cosas. Nos prometen, en una palabra,
otro Marruecos. Para ello cuentan con la “valiosa” cooperación y complicidad
(porque es así como se llama y no otra cosa) de cierta prensa y de ciertos
periodistas. No toda y todos porque aun hay deontología y principios éticos,
pero la mayoría. Es, como solemos decir ganga de conciencias. Rebajas de
conciencia.
Hace unos días publicamos un llamamiento a intelectuales y escritores
que me envió Alfredo Blanco de “Demócratas sin fronteras”. Decía, entre otras
cosas:
“Somos hombres y mujeres demócratas, que dolidos
ante la decadencia, la
injusticia y la falta de democracia, hemos decidido unir nuestros
esfuerzos para ayudar a la sociedad a que
despierte e instaure una verdadera
Democracia. Estamos en una sociedad dividida y enfrentada por los intereses de los políticos, que han infectado
con su corrupción moral e intelectual
a la ciudadanía, y hay que actuar”.
Al comienzo me pareció que se refería a
Marruecos y a la actual situación política en el país. No Alfredo y “Demócratas
sin fronteras” se dirigían con su (nuestro) llamamiento a todo el mundo. Lo que
quiere decir que, como decimos en “dariya” marroquí “ha caído en el agua y la bebió
la nación”.
En este orden de ideas, nosotros tenemos
nuestra referencia. Lo que dijo y repitió el rey en más de un discurso: “el no
denunciar una corrupción o una malevolencia es una manera de corrupción”.
Por ello aunque es una ínfima minoría, porque
ya ni se disfrazan los vende-principios, saludemos a los que se mantienen a la
misma distancia de todos los partidos y todos sus programas electorales,
asumiendo la responsabilidad de ser un testigo de su tiempo.
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