Las
autoridades turcas acaban de revelar que su agresión contra el norte de Siria
se ha llevado a cabo con una coordinación previa con Siria a través de Rusia.
O sea: que
tanto a Siria como Rusia lo consideraban como una providencia: no tener que
atacar a fuerzas apoyadas y teledirigidas por estados Unidos siempre es una
providencia. Turquía (no se sabe si por instigación o no de Moscú) se encargo
del trabajo sucio.
¿Y ahora?
Cambia radicalmente la ecuación.
Ahora se trata de considerar un nuevo elemento de negociaciones ruso-americanas
sobre Siria: los kurdos y su estatuto dentro, tanto de futura Siria o de la
actual, pasto de todas las guerras.
De esta o de aquella manera, en
todos los sentidos, Rusia sale ganando… a expensas de Siria y de su heroico
pueblo y ejército que sabían desde el comienzo que Rusia no ha venido para ni
perder ni para que se vaya un día.
Turquía debe tratar con esta nueva
realidad en la que Rusia es el epicentro y la fuerza motriz del país (Siria) y
de la región.
Dos luchas simultaneas son muchas
luchas: lucha-anti-terrorista con, todas sus falsas y verdaderas facetas y
lucha anti-kurdos con su objetivo que podría llegar hasta “o ellos o nosotros”.
Nunca los dos.
Dicho con otras palabras: màs confusión,
màs incertidumbre y menos perspectivas de una solución política negociada al
problema sirio y a partir de él a todo Oriente Medio.
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