Terrenos adquiridos indebidamente No… la fabula no convence

A los marroquíes nadie les ha convencido hasta ahora. Ni los implicados con sus lacónicos comunicados ni los políticos con sus acrobacias dialécticas ni el gobierno con su silencio cómplice ni la prensa con  su alineamiento con éstos o aquellos.
Es urgente y más que urgente. Algo se debe hacer para apaciguar los ánimos y reconciliar a los marroquíes con sus decidores, muchos de los cuales hacen gala de una lógica perversa y de una autosugestión de superioridad que roza la locura.
El problema está allí: decenas de marroquíes nacidos con estrella se sirven del Estado y de los que han nacido estrellados para apoderarse de lo que no deben. El problema está allí, sin resolver, agravándose y confundiendo la virtud con el defecto, la lealtad con decaimiento y la honestidad con la perversión y la desintegración.
No. No vamos a olvidar lo inolvidable… ni comprender lo incomprensible ni perdonar lo imperdonable. La verdad forma parte de las causas sagradas de los pueblos. Tienen  y quieren más cuando otros, la inmensa mayoría no tiene y alaba a Dios por lo poco que les Ha dado. No vamos a olvidar… porque no debemos olvidar: “quien nos engañe no es nuestro”… y ellos no lo son porque han mentido cuando dijeron que eran servidores del Estado cuando en realidad se han servido de este Estado y porque se han burlado de las leyes que todos debemos acatar, respetar y aplicar.

Tampoco debemos olvidar a los que afirmaban querer combatir la depravación y la corrupción y no solo que no lo han hecho, sino cuan do otros lo han intentado se quedaron mudos, sin actuar, sin pronunciarse, cobijándose en un silencio cómplice. Es la conspiración  del sirenio que es tan grave como el delito, el fraude o  burla  de las leyes.

Comentarios