En medio de una total indiferencia,
los ministros de exteriores de la Liga árabe preparan en Nuakchot la Cumbre árabe.
¿Cumbre árabe? Se preguntarían muchos
perplejos ante la noticia de que la Liga árabe aun vive y sobre todo se reúne.
Simples formalidades… porque la nación
árabe y su difunta Liga tenían/Tienen una razón de ser y otra de estar:
Palestina a la que todos o casi todos apuñalan cruelmente en todo su cuerpo, especialmente en
la espalda.
Pero con o sin ella, Oriente Medio está,
desde hace semanas, en el ojo del ciclón. Algunos países han creído acertar,
anticiparse al vendaval… geopolítico que podría constituir un nuevo eje Ankara-Teherán-Moscú,
enviando delegaciones a Tel Aviv e incluso al Qods Acharif ocupado (para ellos
no es tiempo ni de religión ni de identidad nación al) a donde hasta Estados
Unidos no se han atrevido a llegar.
En este orden de ideas, resulta
cuando menos ilustrativo observar la poca… muy poca importancia, salvo sobre el
plano comunicativo con el claro objetivo de convulsionar más al mundo árabe o
lo que queda de él, que los dirigentes israelíes han dado a la visita de la delegación
saudita y a la normalización con Arabia Saudita en general.
A Tel Aviv le interesaría un giro
(en su favor) de la posición de Irán o de Turquía o cuando más de Hizbollah, auténticas
amenazas para su seguridad “nacional” y
verdaderos peligros ante sus miras expansionistas-usurpadoras.
Los dirigentes sionistas tienen el “mérito”
de conocer más que muchos la diferencia de los pueblos árabes y de sus
gobernantes y lo que siempre ha buscado es la perennidad y no lo efímero.
El mundo árabe aun no ha dicho su
palabra. Lo corroboran los más de 5 años de guerra planetaria contra y el
despegue económico, tecnológico, militar
y geopolítico de Irán que no es árabe pero
muy impactante en el área árabe) a pesar de años de sanciones y lustros de
sabotajes occidentales y de sus agentes y domésticos regionales.
Tel Aviv busca otra cosa… más sólida,
más contagiosa y capaz de ganar una guerra, no contra el pobre Yemen, sino
contra cualquiera.
Tel Aviv sabe lo que hace… y sobre
todo lo que va a hacer.
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