En los más
displicentes sentimientos anti-israelíes en el mundo árabe-musulmán, el difunto
rey Hassan II en un gesto de valentía política y moral sin precedentes se había “atrevido” a invitar a Shimon Perez y Frydman a Marruecos.
El difunto
monarca los recibió a la una de la madrugada en Marrakech. Era marzo de 1981.
“Me es
grato recibiros, comenzó diciendo el
difunto soberano, debo decirles que
tengo un sentimiento particular por los judíos. Mi niñera era judía y mi padre me ha
ensenado que hacer daño a los judíos trae
la desgracia. Dios no lo permite. Descarto toda idea anti-judía y árabe que soy
¿puedo ser anti-simita?. El sueno de mi vida es con seguir la paz entre Israel
y Palestina y solucionar el problema de Jerusalén. Si hay paz, Oriente Medio será
un oasis de paz y de prosperidad, una zona de desarrollo, un ejemplo para el
mundo entero. Haré todo lo que está en mi posible para ayudarles. Esto pasa por
el establecimiento de una entidad palestina. No discuto el problema de las
fronteras, que deben solucionar con los que viven juntos…”.
Un rey
visionario, impregnado de la paz y de una concepción realista y realizable. Se había
jugado mucho pero ningún dirigente israelí quería la paz ni hizo algo para merecería.
Desde
entonces han ido cayendo los que pensaron en la paz… Anouar Assadat… Isaak
Rabin… Yasser Arafat.
Desde
entonces todos los dirigentes israelíes cuando hablan del mundo árabe esbozan
lo que quieren que fuera, lo que ellos imaginan que pueda ser…
Y así,
Israel vive de manera provisional cuando la paz está a un ápice de su alcance. Se
llama Palestina.
De hecho
la audiencia real de Marrakech con Shimon Perez termino hacia las 2H30 de la
madrugada… una hora y media al cabo de la cual el experimentado político israelí
supo que si daba un paso hacia la paz tendría el mismo destino de Rabin.
Desde
entonces Israel está en peligro de… LA PAZ
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