Hoy es un
buen día para hablar del tema. Todos los días deben ser buenos para no olvidar
hablar de este tema. Es y debe ser el tema de todos… a menos que lo prohíban por
decreto.
Curioso este país
donde un escándalo que reúne todas las dimensiones: política, social,
económica y hasta cultural como el de la adquisición de parcelas de terreno del dominio público a
precios alucinantes por los que más tienen, no parece interesar y menos aun
preocupar a las fuerzas políticas del país (especialmente a partidos o
sindicatos).
Como si nada
ha ocurrido en el país. Esperan que pase la tormenta porque están persuadidos
de que va a pasar… que está pasando y los afortunados “servidores” son los que más
hablan y a más alta voz.
El refrán tetuaní
dice “tah fi lma ue cherbatu el uma” ‘ha
caído en el agua y lo ha bebido la nación). Como si fuera una práctica usual,
normal y hasta indispensable, los protagonistas del monumental escándalo actúan
como si los equivocados son los que los han denunciado o los denuncian aun, no
se van a cansar de denunciarlos. Los hay incluso quien habla de “autoridad del Estado” con la
que, según él, se debe ver y “cerrar el pico”.
¿Razón de
Estado? Pobre Estado en nombre del que se cometen todas las atrocidades.
Pero lo que
estos señores afortuna dos no saben es que los marroquíes van perdiendo
confianza en sus dirigentes políticos y en todos aquellos donantes de
lecciones.
La actual
actitud de los marroquíes, relativamente pasiva, no significa, ni mucho menos,
que no se vaya a pasar factura a los responsables de aquél saqueo ni a los que,
con sus diversas maneras de actuar o formas de reaccionar, los encubren.
Que sepan que
en las conversaciones de los marroquíes, todas las categorías sociales
confundidas no hay más que este asunto y los nombres de sus tristes
protagonistas.
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