Los mejores y los más leales servidores
del estado son los que han denunciado el asunto de las parcelas de terreno a
precios módicos a algunos de los personajes que predicaban con la virtud y los todavía
más servidores del Estado serán los que deben y pueden corregir esta anomalía mortal.
El silencio de muchos no es la solución ni
lo idóneo en estas circunstancias. Los marroquíes no están dispuestos a olvidar
tan inmoral disparate ni ahora ni en el 7 de octubre próximo. O se es honesto o
no se es y cuando no se es tampoco se puede alzarse como ejemplo ni
representativo de alguien.
Se equivocan los que creen que el asunto se va a “enfriar” aunque
la mayoría silenciosa en marruecos cree que hay transacciones políticas para
pasar la esponja. La memoria popular nunca ha sido corta en este tipo de
convulsiones.
De esta forma, el gobierno debe cumplir
con sus prerrogativas, las autoridades judiciales con sus deberes y la prensa
con su responsabilidad. El Estado somos todos y los que nos estafan no pueden
servirnos. De tal forma que para los marroquíes los que en cubren o dieran
indicio de encubrir este asunto por estrategias políticas o electorales están
en la misma cesta en la que está los que tratan de encubrir. Son dos: ellos y
la victima: el estado… todos nosotros que no nos ser vimos de este estado.
Por otra parte se trata de una providencial
ocasión para probar a los marroquíes, primero y luego a todo el mundo lo que
somos y lo que queremos y debemos ser.
No tratar este asunto de la manera más
justa y más acorde a las leyes en vigor sería peor que un crimen, un…error.
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