Por 20 millones de dólares, como
recompensa por el asesinato de 10 turcos en el asalto contra el navío Mav
i-Marmara en el 2010, Turquía se ha olvidado de Gaza, de los principios que
pregonaba y toda la palabrería de Erdogan destinada al consumo local.
Exactamente como esperaban los que conocen bien a Erdogan y sus el trecho
entre su hecho y dicho, Tel Aviv y Ankara han encontrado un acuerdo ayer
(domingo 26-6) para normalizar sus relaciones, presuntamente convulsionadas por
el asalto israelí y asesinato de ciudadanos turcos en un navío encargado de
ayuda a Gaza.
El embajador turco volverá ahora a Tel Aviv, en espera de otros 30
millones de dólares para ir a Al Qods ocupado.
Turquía era y nunca cesó de ser un aliado regional capital de Israel.
Lo corrobora su estrecha colaboración en la destrucción de Siria.
Atrás se han quedado “exigencias” del levantamiento del bloqueo marítimo
a Gaza, convirtiéndose incluso en promesa turca de presiones sobre Hamas para
restituir cadáveres de soldados israelíes invasores a Gaza y de apoyo a Israel en
los foros y conciertos internacionales… lógicamente contra los países árabes
Ankara-Tel Aviv: un eje que sale del misterio para presentarse como es
y como había sido siempre y un mensaje claro y categórico a los países árabes (que
aun lo son).
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