España/Elecciones La esperanza europea

Una persona selecciona una de las papeletas al Congreso dispuestas en el colegio electoral Bernardette, en Aravaca para las elecciones del 20 de diciembre de 2015.

Los españoles tiene cita con las urnas pasado mañana. Las elecciones del domingo sufrirán, sin género alguno de dudas, el nefasto efecto del portazo británico a la Unión Europea. Los electores han visto como incluso con una ínfima minoría se puede protagonizar la buena o mala historia, en este caso del continente europeo y hasta cierto punto del mundo.

La mayoría silenciosa del país vecino estaría, indudablemente pensándolo más de una vez: España y Europa necesitan, más que nunca clarividencia, sabiduría y muchísima conciencia de la manera con que se debe hacer frente a los retos y a los desafíos del presente y del futuro. O lo que es igual: un gobierno experimentado, consciente y consecuente con los imperativos impuestos por el “atentado kamikaze” británico y lejos de todo voto-sanción o de ajustes de cuentas…electorales, políticas o simplemente preferenciales.
El momento es grave que roza el nerviosismo y ninguna terapia valdría mejor que la serenidad, la profunda reflexión y la juiciosa opción. Si un voto en los comicios de mañana, decíamos antes que valía cien, hoy y a la luz de la excentricidad británica, valdría mil. El lema, pues debería ser: saber a quién y por quién votas.
España puede contribuir al enderezamiento o saneamiento del clima inter-europeo y para hacerlo necesita un gobierno fuerte, con bagaje en la gestión y, de ser posible, con palmarés en su ejercicio del poder.

Después del referéndum del reino Unido y su triste desenlace, Europa y quizás el mundo converge sus miradas hacia España para que no se repita la decepción y para compensar a los decepcionados y dar esperanza a los euro-escépticos.

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