Buenos días Marruecos
¡Decepcionante! Los insultos que se transforman en elogios y las críticas
en alabanzas. La rutina francesa: una venganza frustrada… una represalia
fallida. Lo anunciado a bombo y platillo resulto ordinario, que, por su
evidente rencor, roza la torpeza.
La verdad es que en Marruecos, los, probablemente muy pocos, que han visto
el reportaje-perfil de France-3 sobre el rey de Marruecos y aun lo dudaban, han
redescubierto que tienen un gran rey por el que un canal de televisión francés
France-3 en quiebra busca rehacer su salud financiera y de audiencia y un
realizador incognito se mata por darse a conocer.
Más que un perfil o un reportaje sobre un rey o sobre un reinado el trabajo
de Jean Louis Pérez parecía una cabal expresión
de celos por el éxito de un hombre, en este caso, el rey de Marruecos.
Monótono, mortalmente subjetivo con una sola dirección y una única opinión:
la de los contra, los enemigos. El ex ministro de cultura Jack Lang, parecía
una mosca en un vaso de leche: una excepción casi providencial: los autores del
reportaje de France-3 reunieron a toda una armada de enemigos de Marruecos y de
su rey… infructuosamente. Los de siempre… los que nunca faltan cuando se trata
de vilipendiar a marruecos o a su rey.
Por otra parte, teniendo como consultora principal (y testimonio también
principal) a Catherine Graciet, la chantajista que junto a su colega (en
periodismo y en extorsión) Eric Laurent trató de extorsionar fondos a este
mismo rey que hoy otro extorsionista trata de chantajear, difícilmente se puede
acordar, teniendo lo mínimo del sentido común, cualquier credibilidad a este canal
y a su realizador (su trabajo) y al resto de su equipo y menos aun
¿Acaso es necesario explicar aquí lo que busca France-3 y Jean Louis Pérez?
Creo que no. Bastaría decir que, contrariamente a lo que declaraban y volvían
a declarar antes de la difusión del reportaje-perfil del rey de Marruecos, pero
también del director general de la Dirección general de la seguridad nacional
(DGSN), Abdellatif Hamouchi, los marroquíes que vieron el reportaje de Frabce-3
acabaron por admirar al rey de Marruecos infinitamente más que antes. Y es que
con aquél ejercito de “opositores” y los inevitables Gilles Perrault e Ignes
Dalles y compañía J.L Pérez no ha logrado su objetivo: mancillar la imagen del
soberano marroquí.
Seguro de sí mismo y de su manera de actuar, Marruecos, rey y pueblo
avanzan dentro de lo posible… su posible, siendo, a excepción de unos
chantajistas, un motivo de orgullo para propios y extraños.
Significativo fue que el mismo día en que France-3 difundió su amañado
perfil, que dicho sea de paso ha resultado como se dice “mucho ruido, pocas
nueves” Al Jazeera y muchos canales de dimensión internacional y sin
dificultades financieras ni necesidad de extorsiona r fondos a nadie,
consagraron amplios espacios a Mohamed VI: al hombre y a su inestimable obra a nivel
mundial. Eran los signos que preceden la tormenta mojada…
En efecto, mucho ruido…muchísimo, pero pocas nueces… Lo de siempre y los de
siempre.
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