Desde el comienzo del “tira
y afloja” entre Marruecos y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon o más
concretamente con su equipo respecto a sus sucesivos deslices en el curso de su
desplazamiento a la región, personalmente no veía utilidad de ninguna escalada
con el jefe del organismo mundial.
Sin embargo cada día que
Dios hace el Sr. Ki-moon nos convence más que es indigno de la función que ocupa
o en su opción de elegir a sus próximos colaboradores.
No vamos a recordar el curso
de la crisis entre él y Marruecos ni como ha sido/es su desenlace, pero si
nuevas travesuras de algunos de sus colaboradores.
Fuentes concordantes señalaban
esta mañana que el equipo del secretario general de la ONU trata, contra todas
las reglas, los usos y costumbres ampliar las competencias de la MINURSO para
abarcar el tema de derechos humanos, que fue y sigue siendo justamente el punto
litigioso entre Marruecos y la ONU.
Lo curioso es que lo hace en
unas negociaciones secretas (en principio, porque estos colaboradores han
filtrado todo o casi todo su contenido).
El marco legal y reconocido
existe: el acuerdo de despliegue de las fuerzas de la MINURSO en Marruecos de
1991 y asimismo las disposiciones de todos los acuerdos entre el reino y el
organismo mundial respecto a la presencia y las prerrogativas de la misión unusina
en Marruecos.
¿Qué buscan pues estos
colaboradores de Ban Ki-moon?
Probablemente una revancha…
Ellos más que nadie saben que no existe la menor probabilidad de que esto
ocurra, sin embargo insisten porque su única finalidad es crear problemas entre
el Secretario general de la ONU (para pretender que son con Naciones Unidas) y
Marruecos.
En esta óptica se debe
conocer la posición y la postura del propio Ban Ki-moon, el cual se oculta de
manera extraña y muy reveladora detrás de los miembros de su equipo, con los
que en diciembre debe ir, quedándose Marruecos donde está.
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