No cabe duda de que en Marruecos y quizás en todo el
tercer mundo se trata de una nueva cultura de transparencia: La dirección general
de la seguridad nacional marroquí (DGSN) acaba de revelar su balance de
actividad para el periodo que oscila entre mayo del 2015 y mayo del 2016.
En total, 457. 923 personas fueron detenidas durante
los últimos 12 meses en el marco de asuntos criminales de toda índole. Es decir: cerca de 38 000 por mes. O lo que es
igual: 1. 272 por día.
Según “Jeune Afrique” que recoge estas estadísticas,
3.020 personas fueron arrestadas por asuntos de agresión sexual.
Lo que atrae particularmente la atención sobre estas
cifras de la DGSN que dirige Abdellatif Hammouchi, es el número de los
funcionarios de esta dirección general sancionados.
En efecto, 3. 782 de ellos fueron sancionados por “asuntos
de corrupción o vinculados a ella” o “abusos de poder” o incluso “ faltas profesionales”.
A esto se suma la confiscación plus marca de drogas
en el curso de los últimos 12 meses: 141 toneladas de cannabis, 420 Kg de cocaína
y 708 000 pastillas psicótropas. 143 248 traficantes han sido
detenidos.
La publicación de este balance es una sana
iniciativa que permite conocer la realidad como es y no recurrir a la psicología
del rumor como se llevaba haciendo hasta hace poco. Una transparencia que hace
caer tabúes, lo que es inherente de crear un clima de con fianza y descartar
toda parquedad entre los marroquíes y su “pueblo uniformado” como llaman los
cubanos a la policía.
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