Cruz de Comendador de la Orden del Mérito civil del Reino de España a Nabil Adghoghi y a Farid Aoulouhaj Protagonista: El embajador Diez- Hochleitner
Buenas noches Marruecos
Ayer (lunes
23-5) el embajador de España en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner y señora dieron en su residencia en Rabat
una recepción en el curso de la cual entregaron a Nabil Adghoghi y a Farid
Aoulouhaj la Cruz de Comendador de la Orden del Mérito civil del Reino de España.
Como es normal en este
tipo de ceremonias ha habido de todo. Impecable protocolo, discursos, elogios
y, evidentemente, votos y deseos por un mañana mejor para las relaciones
bilaterales.
Hasta aquí Lo normal. Es
decir: lo que ocurre siempre en este tipo de circunstancias. Lo excepcional en la ceremonia de ayer era justamente
el entusiasmo y el regocijo que reflejaba el rostro del embajador
Diez- Hochleitner que parecía él el feliz galardonado, lo que, a su vez,
ilustra cabal y fehaciente la voluntad del hombre a trabajar por un mayor y
mejor refuerzo entre los dos reinos vecinos.
Efectivamente la
estrella estelar y el foco de atracción informativa durante esta ceremonia fue
el propio embajador que velaba por los más mínimos detalles. De tal modo que el
acto parecía a la entrega de un premio Nobel u otro
prestigioso premio de alcance mundial.
Todo… absolutamente
todo estaba en su debido y exacto lugar, hasta las palabras del embajador Hochleitner
que definían magistralmente el excelente momento de las relaciones hispano-marroquíes
y sobre todo, su confianza en su presente y su futuro… tanto que nos ha
contagiado aunque en el fondo, con hombres como el embajador Diez- Hochleitner
se puede permitir el lujo de, si no esperar, por lo menos soñar con un mañana absolutamente
radiante de los vinculos entre España y Marruecos.
Al constatarlo pesé que “este es el mejor embajador de Marruecos en… Rabat”.
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