El primer ministro israelí es esperado en Moscú
para coordinar con sus anfitriones rusos las operaciones en Siria a fin de “evitar
enfrentamientos entre ambos”.
O sea: que Israel actúa también en Siria junto
a los demás grupos terroristas, pero Rusia converge su mirada hacia otro lugar.
Asilas cosas, hasta Estados Unidos ha
recordado a Benyamin Netanyahu cuando celebro en el Golán un “consejo de
gobierno” que estas alturas son territorio ocupado y que son sirias.
Estados Unidos, no Rusia que no dijo esta boca
es mía. Está, al parecer muy ocupada en Ginebra a escardar y seleccionar a sus “eventuales”
interlocutores por si las moscas…
A excepción de Turquía con la que tiene graves
divergencias de puntos de vista sobre, prácticamente todos los problemas de Oriente
Medio, Moscú trata con todos y cada uno de
los adversarios potenciales del actual régimen sirio.
Netanyahu viaja a Rusia después de obtener el
aval de Washington. Es decir: una cooperación tripartita en la que difícilmente
se puede concebir la idea de que una parte pueda imponer sus criterios a las
otras dos y las posiciones de éstas para con el régimen sirio son más que
conocidas.
Henry Kissinger había dicho que en Oriente
Medio la guerra pasa por el Cairo y la paz por Damasco. Era, hace casi medio
siglo. Hoy el presidente Vladimir Putin se vanagloria de que, en Oriente Medio,
tanto la guerra como la paz pasan por Moscú. Y no oculta que el ejército sirio
(no precisa, eso sí, por instrucciones y orientaciones de oficiales e
instructores rusos) ha matado a centenares (miles) de chechenos. Tampoco comenta
ni tiene necesidad de hacerlo el problema ucranio. ¿Quién habla aun de Ucrania?
Gracias a Siria y su presidente Bichar el Assad, Rusia ha formateado
literalmente todas las posturas que habían conducido a sanciones
internacionales, blanqueando sus miras expansionistas y su ímpetu bélico.
Rusia quiere la paz en Siria, una solución política
a su conflicto y… ¿Qué más?
No. No son cosas que se evocan en voz alta. El
“socio” americano lo sabe y es más que suficiente, porque en Oriente Medio,
como en Ucrania nadie manda y nadie mandará más que estados Unidos y Rusia. Por
tanto deben ponerse de acuerdo sobre sus partes del pastel.
De hecho, están de acuerdo desde hace tiempo.
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