4 meses después de las legislativas, el rey de España Felipe VI ha anunciado no tener a ningún candidato para la
presidencia del gobierno. Esta decisión entraña la disolución del Parlamento y
la convocación de nuevas elecciones en el país vecino, en junio.
Efectivamente,
tras una tentativa de último minuto para formar un gobierno de izquierda, un
comunicado de la Casa Real española anunciaba anoche que el monarca española anuncio
ayer (martes 26-4) por la noche, no tener candidato alguno que “tuviera apoyos suficientes
en la cámara de diputados” para obtener la investidura de la presidencia, entrañando,
de esta forma la puesta en marcha del artículo de la Constitución española que
prevé elecciones legislativas.
“A
falta de candidatos no tenemos otra opción que elaborar un decreto de disolución
del Parlamento que tienda a convocar elecciones”, explico más tarde el
presidente del Congreso Patxi López durante una rueda de prensa, después de
precisar que esta formalidad intervendrá el 3 de mayo. La ley española, al
respecto, prevé que el escrutinio se celebre 54 días después. Es decir: el 26
de junio próximo.
Los
observadores en Madrid señalan que la clase política española aun no està
madura para coaliciones. Las transacciones que han seguido han mostrado que la clase política española no
está, en efecto, dispuesta a un gobierno de coalición si ningún dirigente político
llegara a constituir una mayoría.
Ayer
(martes 26-4), los jefes de partidos se han mutuamente acusado de la
responsabilidad del callejón sin salida político del país. “Al día siguiente de
las elecciones, he presentado una propuesta. La mejor opción era un acuerdo
entre el PP y los socialistas. Era evidente que, para formar un gobierno, debíamos
hacer un pacto”, ha declarado Mariano Rajoy tras un último encuentro con el
rey. “Pero los socialistas no aceptaron ni siquiera descurtir la idea”, recalcó.
El
secretario general del PSOE, Pedro Sánchez ha declarado por su parte, que
Mariano Rajoy así como el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias “son
los principales responsables de la nueva convocatoria a las urnas de los españoles”.
El PSOE abogaba por una gran alianza entre socialistas, centristas de Ciudadanos
y Podemos.
Finalmente,
Podemos estima por su lado que una coalición de izquierda hubiera podido ser
posible si Pedro Sánchez no haya fijado condiciones inaceptables para los demás
partidos. Pablo Iglesias no cerro, no obstante, definitivamente la puerta a la formación
de una alianza con los socialistas en caso de nuevas elecciones, si los dos
partidos lograran zanjar sus divergencias sobre la política económica y sobre
el grado de autonomía que se aceptaría acordar a Cataluña.
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