“¿Qué se
puede esperar,
pues, del Secretario General que reconoce no estar plenamente informado del
expediente del Sahara marroquí, al igual que ocurre con otros asuntos, y que no
son pocos, desconociendo incluso los minuciosos desarrollos y el verdadero
trasfondo del mismo?”. Muy pertinente pregunta del rey Mohamed VI ayer mismo (miércoles
20-4) ante sus homólogos del Consejo de Cooperación del Golfo en Riad durante
la Cumbre entre ambos.
Pertinente y
perspicaz porque el propio secretario general reconoció “no dominar lo
suficientemente el expediente del Sahara”. Cierto: Quien admite su pecado, Dios
le Perdona. Pero nadie le volverá a perdonar si persistiera en el error hasta
el punto de redactar un informe decisivo para un miembro del organismo mundial
y para el derecho internacional.
Con esta confesión
el Sr. Ki-moon dejó de estar competente ni autorizado ni facultado a opinar sobre lo que no
sabe. ¿Sobre qué verdad perversa deben decidir los señores miembros del Consejo
de seguridad de naciones Unidas? Todos y cada uno de los cuales es consciente
de esta realidad y solo falta recordárselas mil veces.
Ahora bien: parece, según fuentes fidedignas, que hay negociaciones en
curso. Nadie exigiría saber nada en esta fase embrionaria de la búsqueda de una
solución. Pero si, recordar que la génesis del problema entre Marruecos y Ban
ki-moon comenzó cuando éste desoyó los consejos de Marruecos que si “domina
este expediente del Sahara” y que sabía que iba a ser explotado políticamente por
Argelia y sus domésticos polisaristas, que es exactamente lo que sucedió y que
el Secretario general de la ONU nunca lo lamentaría lo suficiente. Su fuga
hacia adelante con su primer borrador del controvertido informe indica que
sigue persuadido de que “aunque vuela, es una cabra”.
Por ello, volvamos a la pregunta del rey de Marruecos: “¿Qué se
puede esperar,
pues, del Secretario General que reconoce no estar plenamente informado del
expediente del Sahara marroquí?
Una pregunta
a todo el mundo especialmente a los 15 miembros del Consejo de seguridad de
Naciones Unidas.
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