Philip Hammond está en La Habana
y es la primera vez, desde el triunfo de la revolución cubana que un ministro británico
de exteriores es recibido en la isla caribeña. El considerado como el peor jefe
de diplomacia en toda la historia diplomática del Reino Unido se ha reunido con
su homologo cubano Bruno Rodríguez “para desarrollar la cooperación entre los
dos países”.
A primera vista puede parecer que la islam caribeña
ha renunciado sus los valores intrínsecos de su revolución socialista y ha
dejado de ser lo que es, desde 1959.
No. No es así. En Cuba todo
sigue igual que durante los últimos 55 años. No es Cuba que ha cambiado, sino
el Reino Unido de Mister Hammond o más exactamente su tutor americano.
La presencia del canciller británico
en Cuba explica en gran parte la dependencia casi ciega de la diplomacia británica
a la estadounidense. Junto (EEUU y RU) han sometido al pueblo cubano al peor
crimen de la historia (embargo) tratando de imponer precariedad y hambruna.
Cuba ha demostrado
fehacientemente que no son indispensables relaciones diplomáticas con países como
el Reino Unido. Ha sobrevivido a pesar de todos los intentos de éste y otros
caciques ideológicos occidentales de destruir aquél país y sus esperanzas en el
presente y el futuro.
Ahora, Mister Hammond se da
cuenta, como muchos otros que ni su Bretaña sigue siendo Gran ni aun se la necesita en
alguna parte del mundo. Un país museo… del pasado… de cuando se imponía Israeles
en oriente Medio.
Pero Cuba sigue allí mientras
Hammond y otros esgrimen argumentos, cuando menos anecdóticos, sabiendo que en
oriente Medio, los pueblos nunca perdonarán al crimen de su Bretaña cuando
usurpo palestina a los palestinos convirtiéndola en una entidad sionista.
Los países árabes deben tomar el
ejemplo de Cuba y de Irán donde los primeros olores de negocio han atraído a
Philipe Hammond y sus destructoras ideas.
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