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Terrorismo: Intereses que eclipsan la verdad
Siempre es
triste la pérdida de vidas humanas… todas las vidas humanas. Pero es màs triste
conocer la causa sin denunciarlo ni condenarlo.
¿Acaso sigue
alguien sin conocer los patrocinadores y los financiadores de Daesh?
La banda
terrorista de Abi Bakr Al Bagdadi y sus padrinos occidentales y regionales
posee un arsenal que solo EEUU, Rusia y presumiblemente China tienen.
De hecho ¿De dónde
ha venido? ¿Cómo se ha adquirido? Y ¿Cómo ha llegado a Reka o a Basra? ¿Dónde están
los inimaginables y por imaginar satélites de la OTAN y de Israel?
Y luego todavía
más triste: ¿de dónde vienen, como se dirigen a Siria o a Irak y por donde
atraviesan los mercenarios de Daesh? Afganistán, Chechenia, Bosnia, Kosovo, Túnez
o Marruecos están lejos. Lo mismo el Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y
hasta Estados Unidos.
¿Quién paga los
boletos ida simple? ¿Es misterio?
No. Todo el
mundo conoce quien pone dinero, quién da armas, quién elige las dianas y quién lava
los cerebros y facilita el traslado de estos “ángeles” de la muerte de sus
lejanos países hasta Siria o Irak.
¿Hasta cuando
este mutismo criminal? ¿Hasta cuando esta complicidad? ¿Hasta cuando miserables
intereses económicos sirven para cobrar vidas de inocentes?
La valentía moral
e intelectual constituye en esto la clave de la solución. Pero como el
terrorismo cuenta con la ambición y codicia de los que les encubren seguiría
cosechando vidas de quien, no sabe por qué debe morir.
La
responsabilidad es compartida. Es de todos y de cada uno y se equivocan los que
creían o siguen creyendo que estas atrocidades mancillan la imagen del Islam
porque la religión musulmana es su primera y más atroz víctima.
Pensemos en voz
alta… denunciemos a los otros terroristas que tienen incluso embajadas en las cuítales
blanco de sus siniestras obras.
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