La rama de olivo y las flechas Jahfar Hassan Yahia Aarras


El arte de manipulación de las mentes y los corazones propio de los medios de masas hacen que éstas se cieguen y no perciban lo que traman los poderes fácticos, dueños de esos medios, en sus políticas criminales tendentes a imponer su poder y voluntad sobre el conjunto de la humanidad. Aspiran, y lo están consiguiendo, a convertir a los humanos en siervos y esclavos de una ínfima minoría dominante, la suya, liderada por un "dios" al que veneran y reconocen poderes absolutos.

Los millones de muertos que causan sus guerras no son, para ellos, más que daños colaterales. El fin, alcanzar el dominio de la humanidad, justifica los medios. Ofrecen la rama de olivo para quien se someta, y para quien se niegue lo atraviesan con sus flechas . No tienen reparo en recurrir a los grupos terroristas o crearlos (Daesh y sus hermanas, por ejm.) si con ello logran alcanzar sus objetivos.

La democracia y los derechos humanos no son más que una argucia para justificar la intervención armada en los países que se niegan a someterse a los poderes fácticos que controlan el mercado mundial de alimentos (cereales y legumbres), el petróleo, la industria armamentística y los mercados financieros entre otros. La inmensa mayoría de los pueblos, por ignorancia o por otras causas, viven al margen de lo que traman día y noche los centros de poder internacionales. La esperanza en un mundo mejor no ha de perderse; el exceso de maquinación y perversión en los poderes fácticos quizás sea la causa de su autodestrucción, y consiguientemente la liberación del hombre.
"Yamkurun wa yamkuru Allahu, wa Allahu jayru almakirin" 
“Se confabularon y Allah decidió castigarles, porque Allah es Quien mejor desbarata los planes [de Sus enemigos](Al Anfal, Los botines, versículo 30). 

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