Desde 1975, fecha en que Marruecos recuperó, conforme al “Acuerdo
tripartito de Madrid con la entonces potencia administradora (España), en su inigualable
afán de zanjar de la mejor manera este prefabricado problema del Sahara,
Marruecos ha mostrado una flexibilidad y una elasticidad, que ante el curso de
las reacciones y respuestas, podemos calificar de mortales.
Cuanto màs tendía la mano, màs obstinación y màs grosería recibía. Sin
embargo no había razón de pro ceder de aquella manera: Todos los factores
estaban a su lado.
Ahora bien. Tampoco es tarde. El tiempo de las concesiones debe terminar y
es y debe ser la mejor respuesta. “Los hay, como reza nuestro sabio refrán que
temen y no respetan”.
La mano seguirá tendida a la paz, a la concordia y a la comprensión, pero
obrando en función de la nueva realidad. Es decir: Actualmente vive y ejerce
sus derechos de todo tipo màs del 80% de los padres fundadores del Polisario.
En las sucesivas hemorragias desde los campamentos argelinos de Tinduf, se ha
acumulado màs del 75% de su población de los años 70 y 80. Para no ir hasta
fundar un Polisario-Marruecos que negocie con el Polisario-Argelia, la lógica y
la razón aconsejan cambiar de política como por ejemplo que si negaciones
pueden haber al respecto, el Polisario hablará con una instancia saharaui marroquí
como el Corcas.
Marruecos solo debe negociar con Argelia que ha mostrado con las mejores y
peores pruebas que es ella con quien se debe hablar y no con sus criados.
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