En busca de un protagonismo geopolítico
perdido tontamente, desde el comienzo la Rusia de Poutine sabía que a nadie convenía
acabar con Daesh y demás grupos terroristas en Siria o en Irak. De tal modo que
obró, consiguiéndolo 5/5, con vistas a transformar la ecuación en: O bien
Bachar el Asad o Daesh. Muchos optaron/optan, màs discretos unos que otros, por
Daesh. Estados Unidos de Obama y Kerry se quedo entre ambas tendencias… “al
loro” de lo que hacia el “amigo ruso”, transformado de repente en el “socio
ruso”.
Poco a poco, Moscú y Washington establecían
exitosamente pero a la sorpresa general, los primeros eslabones de lo que sería
(ya está siendo) un poco màs que socio y un poco menos que aliado: una distensión
destinada a evitar los enfrentamientos de antaño (ni guerra fría ni paz
caliente). Las dos potencias (Rusia lo es, gracias a la Siria de Al Assad)
primero, luego sus satélites… todos sus satélites.
Estados Unidos no parece haber
encontrado remedio a la acrobacia de Rusia que hace la guerra en Siria,
hablando de la paz en Ginebra, pero seduciendo a propios y extraños.
Total: Kerry parece comprenderse
con Lavrov màs que con nadie y Obama con Poutine mejor que todos.
Con la retirada del “grueso” de
sus tropas aeroespaciales de Siria, Rusia apagó las inquietudes de todos los que saben pertinentemente que
puede regresar en menos de 24 horas. Una operación de seducción que ha tenido
efecto de un libro santo sobre la paz.
Pero el Kremlin sabe que, con su
acrobacia geopolítica puede convencer a muchos o a que finjan estar convencidos…
muchos, menos Bachar el Assad, los iraníes y sus aliados de Hizbollah libanés,
los cuales se fueron remplazando a las tropas rusas, hasta el punto de que, en
caso de decidir volver, difícilmente pueden encontrar sitio fuera de Tortos.
La misma ecuación pero con las
coordenadas inversas: volver a pensar las nuevas estrategias de alianzas y de
coaliciones en Siria.
La única que no ha naufragado
es: Juntos (EEUU y Rusia) pueden decidir, de común acuerdo, del futuro de
Oriente Medio y del resto del mundo. Los demás “lucharon” por nada…
absolutamente nada.
Ahora bien, Irán no lo ignora y
es la única que puede salir ganando junto a los dos.
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