Según Alexander Yakovenko, embajador de Rusia en el RU: Rusia y Estados Unidos socios para tratar de poner fin a la guerra en Siria

Tribuna publicada en The Evening Standard (RU) el pasado día 15 por Alexander Yahovenko, Embajador de Rusia en Londres y traducida del inglés por Djazairi.

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La reciente reunión de Múnich del Grupo de apoyo Internacional a Siria (GSIS) que busca un arreglo en Siria –con la presencia de Rusia, Estados Unidos, Turquía, Arabia Saudita e Iràn- ha terminado con un plan para tratar de encontrar los medios de poner fin a las hostilidades entre las organizaciones de la oposición siria y el gobierno, sin, no obstante, hacer compromiso alguno sobre la lucha contra Daesh y otros grupos terroristas?

Esta reunión interviene tras el éxito de la reciente ofensiva del ejercito sirio que, según los expertos, ha puesto progresivamente en marcha la dinámica que le permitirá poner fin a la guerra en Siria.

Para formar una idea del in menso desafío al que hace frente la comunidad internacional, se puede ver como la situación en Siria ha evolucionado estos últimos 4 años. Hemos constatado un proceso de radicalización por parte de la oposición. Muchas organizaciones sirias se unieron a otras terroristas extranjeras equipadas y financiadas por diversos actores regionales que, a su vez, contemplaban sus propias agendas de política interior en el campo de batalla sirio.

La situación llego hasta el punto de que los americanos renunciaron a encontrar a gente en la que se podía confiar entre las organizaciones rebeldes que combaten al gobierno sirio. Hace unos meses, nuestros colegas británicos nos dijeron que la situación en Siria era un caos total, haciéndese todavía más complicada por la emergencia de Daesh, una mezcla explosiva de fanáticos religiosos y restos del régimen baasista, entre ellos ex oficiales del ejercito de Saddam Hussein.

Al mismo tiempo, Estados Unidos constituían su coalición anti-Daesh formada por unos 70 países miembros, comenzando infructuosos incursiones aéreas un poco más de un año antes que Rusia interviniera con su aviación militar a petición del gobierno sirio. El verano pasado, nuestros socios occidentales  nos dijeron que en octubre Damasco caería entre las manos de Daesh. Lo que pensaban hacer  después lo ignoramos, pero seguramente iban a aceptar a los extremistas  en tanto que Estado sunita a caballo entre Siria e Irak.

En estas circunstancias, la intervención rusa ha cambiado la coordenada de la función de manera decisiva, permitiendo a la oposición siria democrática de apoderarse de la causa de una Siria democrática que había sido desviada por las organizaciones terroristas extranjeras. Fue entonces cuando los principales actores podían  reunirse en el GSIS para buscar una concepción global con vistas a encontrar una solución política en Siria y acabar con Daesh. La amplitud de esta doble tarea nunca fue subestimada, habida cuenta de la situación en el terreno. Por ello, el GSIS acepto hacer el inventario de las organizaciones de oposición auténticas y las que son terroristas. Era difícil a causa de las injerencias regionales. Por ejemplo, los kurdos sirios no fueron invitados a las discusiones de Ginebra debido a la oposición de Turquía.

Esta gestión, impulsada por los rusos y los americanos para separar los moderados de las organizaciones extremistas era crucial. Permitirá a la oposición moderada de romper sus alianzas con los grupos terroristas del extranjero y aliviar al ejercito sirio en tanto que principal fuerza contra Daesh en el terreno. Desde entonces, un frente anti-terrorista común podría surgir mientras que una solución política a la crisis siria se discutía entre el régimen y la oposición en Ginebra.

Mientras tanto, el ejercito del aire ruso y la coalición dirigida por EEUU continuaran sus incursiones aéreas contra Daesh.

Esta concepción era/es la verdadera oportunidad de poder resolver el problema sirio. No es fácil, pero si queremos poner fin a esta guerra debemos intentarlo.