Marruecos/OTAN Socios por…la paz

La OTAN trata, desde hace mucho tiempo, de hacer de Marruecos un socio estratégico… y punto, más, coma menos, parece que lo está consiguiendo. “Vamos a continuar reforzando nuestra colaboración con Marruecos”. Palabras del general Petr Pavel, presidente del Comité militar de la Alianza Atlántica durante su reciente visita a marruecos (29/30 de enero pasado). Una declaración, a todas luces seguida de efecto ya que, menos de un mes después es el turno del secretario general delegado de la OTAN, Alexander Versbow de visitar Marruecos.
Ayer (jueves 18-2) el responsable atlantista se reunió con muchos altos responsables marroquíes. Primero con el general Bouchaib Arroub y más tarde con Abdelatif Loudaye, ministro delegado para la administración de la defensa nacional (equivalente a ministro de defensa, cargo suprimido por Marruecos al día siguiente de las intentonas de comienzos del 70).
En la agenda de sus entrevistas, según "PanoraPost" la cooperación militar entre Marruecos y la OTAN, que debe girar en torno a las actividades de formación, entrenamiento e intercambio de experiencias (y probablemente de información), además de los medios con los que se debe acordar a esta cooperación para su ampliación a otros dominios comunes como la lucha antiterrorista y la llamada Ciber-seguridad.
Otros temas fueron evocados por Alexander Vershbow con sus interlocutores marroquíes como la situación securitaria regional, especialmente la situación en el Sahel, en lo que el funcionario de la OTAN saludo el (el activo compromiso de Marruecos a favor de la paz y su papel central en la estabilidad regional”.
Marruecos está considerado por la OTAN como un interlocutor privilegiado y creíble y es miembro del Dialogo mediterráneo de la OTAN desde su lanzamiento en 1994, beneficiando del estatuto de asociado ante la Asamblea parlamentaria de la OTAN.
Hoy mismo (viernes 19-2) el secretario general delegado de la OTAN participa en un seminario de diplomacia pública sobre el tema: “la cooperación OTAN-Marruecos en el marco del Dialogo mediterráneo”.
Marruecos, país tradicionalmente no alineado, uno de los más estables del mundo, debe su estabilidad y su trayectoria en cuanto a la fiabilidad y credibilidad a su neutralidad y a su no injerencia en los asuntos de otros países menos aun en la intervención armadas o agresiones contra terceros.
En esta óptica ninguna cooperación es suficiente para luchar contra la intolerancia, el extremismo y su padre biológico: el terrorismo.




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