En declaración común el rey Salman de Arabia
saudita y el presidente turco Erdogan afirman que “en Siria no hay solución con
el presidente Bachar al Assad”. Lo que, lógicamente y por vía de deducción “hay
solución sin él”. O lo que es y debería ser igual aunque in confesable hasta
ahora: que se puede domar a Daesh y demás grupos terroristas y que se puede
incluso disolverlos. Es decir que el objetivo de su creación fue y sigue siendo
hasta realizarlo derrocar al régimen en Siria, no importa el elevadísimo numero
de muertos ni las infraestructuras destruidas.
Una sutil e implícita reivindicación de la paternalismo
de Daesh y sus acólitos e incluso un reconocimiento también indirecto de la
responsabilidad de todos los atentados terroristas en el mundo que no deben
tener más que una finalidad: presionar para participar en el derrocamiento del
régimen en Siria.
A nadie le puede interesar quien mande o no en
Damasco, siempre y cuando el pueblo sirio y nadie mas ni menos se pronuncie en
este sentido. Si no, seria inmoral que en nombre de la imposición de un nuevo
orden político en un país se permitan todas estas atrocidades de Daesh y todas
estas masacres de estas oposiciones teledirigidas desde Ankara u otra capital.
Se trata, por otra parte, de cantar fuera y lejos del
nido… de la OTAN.
Ayer mismo el embajador ruso en el Reino Unido,
Alexander Yakovenko afirmaba en The Evening Standard (R4U) que “Rusia y estados
Unidos son socios para tratar de poner fin a la guerra en Siria”. Lo que, a
todas luces no resulta del agrado de los dos países y sobre todo de Turquía que
lleva años chupando sangre siria a través de cobros de comisiones por los
refugiados, compra de petróleo de Daesh y transferencias bancarias de todos los
grupos terroristas que transitan por Ankara.
“No hay solución de la crisis siria con Al Assad”. “Hay
solución a la crisis siria sin Al Assad”. Una ilustración cabal y fehaciente
del carácter artificial y manipulado del terrorismo y de la oposición “’moderada”
en Siria.
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