Anoche damos cuenta
del comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación sobre la
renuncia del Reino de organizar la próxima Cumbre árabe. Precisamos, basándonos
en el comunicado de AAEE/Cooperación que la decisión interviene por
instrucciones reales.
Y no podía ser de
otra forma ante el deplorable estado de la Liga árabe con Nabil al Arabi que
impuso el respaldo y la caución de la agresión y del clivaje en el seno de la
Liga: Siria, Libia, Irak, Yemen etc… una larga etcétera a la que en toda su
existencia la Liga nunca había alcanzado tan triste plusmarca de violaciones de
su propia Carta en nombre de falsos “consensos árabes” y al servicio de unos
contra otros.
En efecto, como señala
el comunicado de AEC las condiciones no están reunidas para el éxito de una tal
Cumbre y esto está en flagrante contradicción con los principios, usos y
costumbres de la política exterior marroquí que se ha basado siempre en la reconciliación,
la fraternidad y la solidaridad. 3 pilares de la acción árabe común que, desde
hace anos, brillan por su ausencia debido a la hegemonía de unos y el silencio
y la indiferencia conspiradores y cómplices de otros.
De hecho, Nabil al
Arabi y los “suyos” no buscan con la celebración de este conclave ninguna reconciliación
ni ninguna fraternidad árabe, sino solo y exclusivamente un encuentro de
circunstancias como miles otros para marcar la existencia y caucionar su extravío.
Con su actual
estado vegetativo, la Liga árabe ha dejado de tener ninguna razón de ser o de
estar. Una Liga que apoya a algunos de sus miembros contra otros, no es una
Liga para todos, de tal modo que Marruecos acaba de estrenar una solución rectificativa
de la acción árabe común con un claro mensaje a todos los que lanzan sus ejércitos
contra otros.
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