Nunca van a comprender porque no
quieren comprender. Y es que no hay peor ingenuo que el que no quiere
comprender: Ayer Cuba era dictadura castrista y uno de los ejes del mal. Hoy,
por imperativos estratégicos, intereses económicos y seguridad nacional se está
convirtiendo en el mejor aliado del vecino “yanqui”, a pesar de que su primer
mandatario sigue siendo un Castro y su régimen igual de comunista o más que
antes.
Por su parte Siria o más concretamente
su presidente Bachar al Assad (luego explicaremos por qué) eran el peor enemigo
de Occidente e incluso de algunos “países” de la región. El actual acuerdo de
alto el fuego ruso-americano le dan todos los incentivos para volver a ser uno
de los líderes más firmes de Oriente Medio a expensas de los oxidados
mandatarios de Turquía, Qatar y otros.
Ahora bien, en la terminología de los
acuerdos y otros compromisos con Rusia, el nombre del mandatario sirio sigue in
deseable e indeseado. ¿Por qué? Simple y racionalmente porque es tan obstinado
y tan “terco” que no quiere prescindir ni de Rusia ni de Irán ni de su aliado
libanés Hisbulah. Se le ha propuesto todo… absolutamente todo incluido que “se
le deje en paz” a cambio de la ruptura de su alianza con Irán o Rusia. Se le ha
advertido en el 2012 de que “no seguiría más de 2 o 3 semanas”. Ya van siendo 5…
años, en el curso de los cuales ha entablado decenas de negociaciones secretas
con Estados Unidos y otros de sus satélites regionales, sin aceptar ni siquiera
“tomar distancia de Irán y de Rusia” a cambio de “seguir siendo presidente de
todos los sirios”.
Esta es, precisamente la diferencia
abismal entre Obama y Al Assad o lo que es igual: entre Estados Unidos y Siria.
¿Le ha recompensado Rusia o Irán? El segundo
si, forma parte de su idiosincrasia política y moral. El primero ¡ni hablar! Me dirán que gracias a Moscú, el régimen
sirio sigue en pie. Les responderé, gracias a este régimen Rusia sigue en
Siria, en Oriente Medio y en el mundo. Ella y EEUU saben pertinentemente que
Siria para Poutine es un poco más que un presidente y mucho más que un régimen.
Perder Siria (el actual régimen) seria perder categoría, posición geopolítica y
dimensión internacional. Siria, para Moscú, es la solución, sus adversarios, el
problema.
Frente a estas evidencias bajo forma
de consideraciones superfluas sobre el plano geopolítico, EEUU ni puede permitirse
el lujo, de absolutamente ninguna forma, de un enfrentamiento aéreo o terrestre
directo con Rusia en el cielo o suelo sirios ni puede “violar” las
delimitaciones y líneas rojas establecidas con Rusia para “evitar lo peor”… y
Siria representa realmente lo peor.
Adjudicarse el expediente y hablar en
nombre de todos. Desde hace mucho tiempo, Siria, su presidente, su
independencia y su presente y futuro en tanto que país soberano, han dejado de
existir. Lo han hecho sus enemigos y sus adversarios.
Quien quiere hablar de Siria que lo
haga con el Kremlin…
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