La prensa y los respectivos ministerios del interior en las dos riveras del Estrecho de Gibraltar dan cuenta de una operación conjunta entre policías de los servicios secretos marroquíes y españoles ayer ( martes 23-2) en el curso de la cual 4 personas han sido arrestadas.
3 españoles (de origen marroquí y
obviamente musulmanes o lo pretenden) fueron arrestados en el enclave de Sebta
y una cuarta persona de nacionalidad marroquí lo fue en Farjana (cercanías de
Nador). Entre los 3 cómplices españoles figura un ex detenido en Guantánamo que
había “combatido” con Al Qaida en Afganistán y el hermano de otro “combatiente”
que había perpetrado en el 2013 un atentado suicida contra un cuartel militar en
Siria con un camión bomba.
Estas 4 personas están sospechosas de
haber formado juntas una célula “de reclutamiento, adoctrinamiento y radicalización”,
según el comunicado español. Su misión, consistía en “reclutar y enviar a ‘combatientes’
para alimentar las filas de la organización terrorista de Daesh”.
La verdad es que, con el ritmo y
cadencia de las desarticulaciones de células durmientes y despiertas, no
hubiera sido útil evocar esta nueva. No obstante, por el bien mismo de los “reclutados”
se debe poner de relieve que ni se trata de Borma, donde se masacra diariamente
a los musulmanes ni Israel donde ser musulmán o simplemente palestino u árabe es
estar condenado al desprecio, a los ultrajes y al exterminio ni siquiera China
donde se pretende una muy difícil situación para los musulmanes chinos. En
Sebta o en Cochabamba, estos reclutados son mercenarios al servicio de los
enemigos del Islam, de su misericordia y de su cultura de tolerancia que no
asesinan más que a musulmanes y que han producido una muy inconfortable situación
para el Islam en todo el mundo, llegando muchos incluso o bien a renunciar a
abrazarlo o bien, en muchos casos dejarlo por otra religión.
Ángeles y demonios… ellos y sus
reclutadores son demonios, pero ellos, además son ingenuos.
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