Tanto el
Secretario general como su enviado a Siria han expresado su satisfacción por lo
que han coincidido en calificar de “estimulante curso del alto el fuego en
Siria”. Estados Unidos hizo lo mismo, aunque en Washington no se puede ni se
debe confiar, habida cuenta de sus acrobáticas posiciones respecto a las
diversas cuestiones de Oriente Medio.
Una cosa es
segura: Los primeros 2 días de alto el fuego en Siria han demostrado que hay
dos bandos: el de la paz y de la agitación y la violencia. Y el único plan
existente hasta ahora: ruso americano, parece poner nerviosos a los que
invirtieron y apostaron por la sangre y la destrucción: Plan B (del que hemos
dado amplios detalles en conacentomarroqui), maniobras, reuniones de, vaya
usted a saber quién y alucinaciones de intervenciones terrestres.
Tranquilidad
en Moscú y en Washington y, todo se debe decir, acuerdos secretos entre EEUU y
Rusia. Todos los pronósticos son prematuros. La liebre saldrá de donde menos se
piensa o por lo menos piensan…
Por ahora
parece que la intención tanto de la Casablanca como del Kremlin se circunscribe
en el momento. Sin que lo digan, nadie ignora que Washington da cuenta a Moscú
de lo que piensan sus “aliados” y Moscú informa a Washington hasta donde pueden
ir los suyos. Una y otra capital han convenido no “soltar mucha cuerda” a sus subordinados
regionales que, literalmente disociados del proceso y de su consecuencia geopolítica,
estratégica y configurativa, comienzan a planear lo peor. De poco o nada han
servido todas las provocaciones. En Siria se juega mucho y se ha ido tan lejos…tan
lejos que es y seria imposible regresar o renunciar. Lo “invertido” para
derramar la sangre siria hubiera podido solucionar el problema de la pobreza en
el mundo árabe y gran parte del continente africano. Pero muchos se han
acostumbrado a regalar más que armas y municiones.
La paz en
Siria y en el mundo es el desafío, pero también la solución. El problema es el egoísmo
y la codicia estatales.
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