Todo o casi está listo en Ginebra para
la nueva ronda de negociaciones entre el gobierno sirio y un abanico de
oposiciones, entre las cuales el llamado “Grupo de Riad” es el que se lleva la
voz cantante.
Pues este grupo acaba de denunciar lo
que ha llamado “la posición de algunos hermanos que han cesado de exigir la
inmediata ida de Bachar el Assad (el presidente)” alegando, según este grupo “que
formaría parte de un proyecto a largo
plazo”. Peor aun: “que estos hermanos creen que toda decisión sobre el futuro
de Siria se hará en coordinación con el régimen sirio”. No lo sabíamos, pero
también es lógico aunque ella: oposición siria, prefería que se hiciera con Turquía,
Qatar o con Arabia saudita o incluso con Estados Unidos o la OTAN. ¡Imposible!
Innecesario explicar o analizar esto.
Es superfluo. Ahora bien, desde el comienzo de la crisis siria en el verano del
2011, Pensada, impulsada y ejecutada por,
según el “New York Times, la CIA
americana con el nombre de código “La guerra secreta multinacional de la CIA en
Siria” (Timber Sycamore), toda la oposición nunca hablo del pueblo sirio,
objeto de la peor guerra de la historia ni de su sufrimiento ni de sus pérdidas
de toda índole… ni siquiera de los refugiados sirios (sus compatriotas, en
principio o sus hermanos en terminología musulmana y árabe) sino se ha limitado
hasta ahora a pensar en el poder en Damasco y en el destino del régimen y sus
hombres, a su frente el presidente Bachar el Assad.
Sin embargo era ingenuo no entender
que en la política, como en la gastronomía, lo real y lo irreal forman parte de
la misma cara de la moneda. Así pues, “sus hermanos” piensan, como se debía prever
en sus propios intereses y ellos, los “oponentes” mantenidos a base de millones
de dólares han resultado hasta ahora inútiles, tanto frente al régimen sirio
como a los grupos terroristas verdaderos oponentes, amos y señores de la guerra
contra el régimen en Damasco.
En otro orden de ideas, algunos oponentes
se han puesto a hablar de extrañas exigencias como por ejemplo” realización en
el terreno antes de comenzar a negociar”.
“¿Realizaciones en el terreno?”
Tampoco. Es absolutamente irreal. Desde hace semanas la situación militar a la
que se refiere este grupo opositor ha cambiado radicalmente y es irreversible
por màs armas desde Estados Unidos y sus satélites regionales.
Dicho esto, no cabe duda, de que, con
la mínima inteligencia y la máxima independencia de los países proveedores de fondo,
Ginebra III puede arrojar una Siria nueva, democrática y aceptada por propios y
extraños. Para ello, gobierno y oposición sirias deben hablar…hablar… y hablar
sin cansarse, sin resignarse y sobre todo, sobre todo sin escuchar a los
instigadores que siempre están a pocos centímetros de la mesa de negociación.
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