Los negociadores sirios (gobierno y oposiciones, en plural y los que
lo son menos) han comenzado hoy, con las invitaciones del representante de la
ONU para esta crisis, Staffan De Mistora, la sesión de recalentamiento de cara
a lo que se de por conocer Ginebra III.
Tampoco esta vez ha llovido al gusto de todos… los padrinos, porque
los diferentes grupos opositores casi no tienen voz: Turquía que veda a los
kurdos, Qatar que prefiere a éste y Riad al otro.
Es, para volverse loco. Sin embargo la ecuación (militar) en el
terreno ha cambiado casi radicalmente. Ginebra III se celebra en medio de
circunstancias absolutamente diferentes de Ginebra I y II, tanto militar como políticamente,
màs en el campo militar que político.
Las condiciones de unos y otros son inaceptables y los retos entre los
que apoyan a estos o aquellos tampoco porque acudir a Ginebra sin voluntad política
( de los padrinos) ni con una sincera intención de buscar las soluciones, seria
màs que inútil, inmoral y es lo que, desgraciadamente parece, por lo menos
entre algunas marionetas movidas desde las capitales que nadie ignora.
Ginebra III se celebra en medio de un arrollador avance de las fuerzas
sirias y en medio de una toma de conciencia general y generalizada de que la solución
militar se ha convertido en una abstracta
utopía.
No obstante, buen signo, mal signo el régimen sirio, por su obediencia
a Moscú o porque tiene realmente intención de encontrar soluciones, no parece
hacer uso de sus ventajas sobre el plano militar. Lo que es buena cosa.
Por su parte Moscú sigue jugando con las coordenadas de la función política
y militar. Poutine y sus próximos colaboradores saben pertinentemente que la aviación
rusa ha cambiado el guion bélico en Siria a favor de las tropas leales a Bachar
Al Assad, pese a lo cual ofrece sus “buenos oficios” para una negociación entre
todos… todos y no los que quiere esta o aquella capital. Cuenta en ello con la colocación
de EEUU y sus satélites incluido Turquía entre la espada y la pared y consiente
de que su misión ha terminado con el envío de las invitaciones a las partes
negociadoras.
Es decir: que aun
no se puede ni se debe hab lar de una Ginebra III
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