La frase de Rachd
Arhab, co-autor de “4 matices de Francia” en una entrevista a L’OB encaja
perfectamente con lo que vamos a contarles:
Originarios de Siria, de Afganistán,
pero también de Birmania y de otros países, 33 inmigrantes, entre ellos muchos niños,
han encontrado la muerte esta mañana en
el mar Egeo cuando intentaban llegar a la isla griega de Lesbos, desde la
provincia turca de Canakkale al volcarse la embarcación de fortuna en que
intentaban la travesía del, desde hace
meses, “criminal”, mar.
Según la agencia de prensa
pro-gubernamental turca (En Turquía quedan muy pocas voces imparciales)
Anatolie, los guarda-costas turcos han salvado a 75 otros inmigrantes.
El cadáver de un bebé, enteramente
arropado ha llegado a la rivera cerca de la ciudad de Ayvacik y otro cadáver de
otro bebé ha sido recuperado, según la agencia AFP.
Las búsquedas se prosiguen
porque un in determinado número de los ocupantes de la citada embarcación de fortuna
sigue dados por desaparecidos.
El nuevo drama se suma a los sucesivos
naufragios de los últimos días, que se
llevaron la vida de decenas de vidas de los inmigrantes.
Sin embargo los hay que siguen
pensando como invertir esta tragedia como ya se ha invertido,; rentabilizado y
capitalizado geopolíticamente.
Insensibles ante las vidas
humanas, unos buscan sacarle jugo, otros, como antes dicho, invertirlas en su
estrategia de propaganda… todos adaptarlas, como si ellos la provocaran adrede,
a sus imperativos.
Derechos humanos… ¡cuantos crímenes
se cometen en tu nombre!
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